11/07/24. Hace un mes, aproximadamente, mientras navegaba en las redes sociales, noté que circulaban memes y otras publicaciones que hacían referencia a los “motopiruetas” de forma despectiva. Al principio no tenía idea de qué se trataba todo el meollo mediático.
Horas después, vi varias fotografías del presidente Nicolás Maduro montado en una motocicleta, rodeado de chamos y chamas, rostros que una ve en las calles de Caracas y de cualquier ciudad del país. La sonrisa de las y los jóvenes hacía comunión con el azul que predominaba en el cielo y en la vestimenta deportiva de estos. Al primer mandatario se le vio contento, parece que tanta juventud le contagió la energía que le permitió hacer roncar los motores del vehículo con el que inició una caravana de motos por la pista.
Ese día se celebraba la Primera Válida de Motopiruetas por la Paz y la Vida en el Poliedro de Caracas, y en ese mismo evento, el presidente Maduro declaró dicha actividad como deporte nacional, tras recibir una petición por parte del vocero nacional de las motopiruetas, Javier Meléndez Rondón.
El presidente del Movimiento por la Paz y la Vida, Alexander “Mimou” Vargas, en el programa Café en la Mañana, que transmite Venezolana de Televisión (VTV), abordó una propuesta de ley que llevarán a la Asamblea Nacional que permitiría regular la práctica de esta disciplina, porque sí, hay muchos chamos maniobrando la moto en cualquier vía de la ciudad poniendo en riesgo no sólo su vida, sino la de los peatones.
Durante esa entrevista aseguró que el 40 % de los venezolanos andan en moto en los barrios venezolanos, y “la derecha los ha satanizado”.
En ese sentido, la resolución, según el jefe de Estado, la adoptaron con el objetivo de acabar con la discriminación que existe hacia este sector de la juventud venezolana. Así logré entender por qué estaban las plataformas digitales encendidas con comentarios en contra y otros a favor. Algunos de estos descalificaban a los chamos con opiniones que se tornaron racistas. Hubo personas que refutaron estas ideas discriminatorias diciendo: “Si fuesen del este de Caracas, no estaría mal, ¿cierto?”.
“Tendremos nuestros espacios”
Este nuevo deporte nacional se popularizó entre los jóvenes y entusiastas de la adrenalina del país en 2020 y desde entonces, no cuentan con un reglamento. Ante la trifulca de las redes sociales, no me quedé con las dudas y decidí conversar con alguien que me explicara de qué va la cosa. Así fue que di con Darwin García, un chamo caraqueño que practica las motopiruetas desde hace más de un año.
Una actividad que calificó como exigente desde el punto de vista físico y mental, que requiere alta disciplina, concentración y, sobre todo, valor y pasión. Pese a los aspectos positivos que García enumeró, alertó sobre los riesgos a los que conlleva esta práctica en calles y avenidas del país. Por ello, celebró la iniciativa del presidente Maduro, lo que significará la aplicación de normativas para evitar accidentes y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
“Así tendremos nuestros espacios para hacer el deporte sin estar haciéndolo en las vías públicas y sin estar arriesgando vidas de civiles”.
Este chamo también hizo un llamado a sus colegas a “ser conscientes” y a “empezar a practicar” en los espacios correspondientes para evitar sanciones.
Otro punto que resaltó en este diálogo fue el uso de vestimenta apropiada, el casco, rodilleras y coderas cuando se estén realizando estas maniobras. Además, garantizar la seguridad entre los deportistas.
Advirtió a los compañeros que cuando realicen “trompitos”, dividan la pista para que no haya colisiones entre los que van y vienen, y protejan con barreras de seguridad a los espectadores. A estos últimos también los llamó a respetar los reglamentos.
La norma en la calle
Los chamos con lo suyo, fogueándose en la pista y las autoridades del Ministerio del Poder Popular de Interior, Justicia y Paz, el Instituto Nacional de Tránsito (INTT), Protección Civil, y Ministerio Público, sumándose con el fin de prevenir esta práctica en las vías donde transitamos todos y todas.
La Ordenanza de Convivencia, Civismo y Paz Comunal del municipio Libertador de Caracas, dispone en su articulado de normas que blindan la seguridad de los ciudadanos y hay que conocerla.
En el parágrafo que habla sobre los “Actos Indebidos Cometidos por Personas que Transitan en Motocicletas”, se desarrolla el artículo 21, donde se realizan consideraciones sobre conductas contrarias efectuadas por personas que andan en motocicletas por las calles, y estas son:
- Numeral 1: Transitar sin el uso adecuado del casco de seguridad, tanto la persona que conduce como la acompañante o el acompañante.
- Numeral 6: Realizar piruetas, saltos, malabares, entre otros usos abusivos e irresponsables que generen el riesgo de accidentes.
Además, el artículo 22, establece las sanciones para la persona que realice o induzca a otros a efectuar competencias automovilísticas o destrezas de riesgo con autos o motocicletas en la vía pública o en espacios privados.
Según la Ordenanza municipal de Convivencia, la multa es equivalente al pago en bolívares de cien (100) veces el tipo de cambio oficial de la moneda de mayor valor fijado por el Banco Central de Venezuela, o la realización de dos (2) de los trabajos comunitarios.
Las motopiruetas, así como muchos deportes a lo largo de la historia, han generado rechazo, ejemplo, el boxeo que hace cien años era duramente criticado. Además, al igual que otros deportes extremos como motocross, parkour, skate, BMX, etcétera, es una disciplina que evoluciona, y podría disponer de reglamentos que permitan mantener seguras a las personas que lo practican y a su entorno, gracias a una ley que ampara a estos chamos y chamas.
¿Estaría mal regular las motopiruetas y lograr que tengan espacios y normativas adecuados? Si su respuesta es no, haga una lista de motivos por los que estos jóvenes venezolanos no pueden practicar su deporte por no ser del "este del este".
POR SARAH ESPINOZA • @sarah.spnz
FOTOGRAFÍAS CORTESÍA