21/09/24. Apenas tiene veinte años de edad, y ya demuestra un manejo absoluto del cuatro y de los ritmos venezolanos. Sólo basta con verlo en vivo y en los videos que comparte en sus redes sociales y plataformas, para convencerse de que se trata de una promesa cultural nacional. No en vano, quedó en tercer lugar en La Siembra del Cuatro, liderada por el maestro Cheo Hurtado.
Cuando me hablan de música, las primeras cosas en las que pienso son en merengue, joropos, danzas, gaitas, golpes. Entonces, esa sonoridad para mí es la natural de la música.
“Yo no descubrí la música por mis padres y abuelos. Yo heredé un cuatro, en toda familia había un cuatro. En mi casa, yo rompí el mío (risas) y heredé el de un tío abuelo, que al fallecer me dan su cuatro. Y bueno, de manera casual, mis padres me meten en clases en el colegio. Empecé a ensayar y simplemente me acostumbré al cuatro. Después en El Sistema comencé a tocar fagot hace doce años”, contó Ángel Colorado, mejor conocido como Ángel del Cuatro, sobre esos inicios musicales. El instrumento le llegó porque estaba en su casa; luego, el apoyo de los padres, y después, él toma las riendas de su trayecto: la música tradicional venezolana y de otros países latinoamericanos.
No parece un muchacho tan joven, sino más bien alguien de unos treinta en adelante por la manera convincente como habla. Demuestra seguridad y conocimiento en todo lo que dice. Aunque, al verlo, lo que emana de ese rostro y esa sonrisa es pura candidez. Ángel perteneció a varios grupos durante la primaria y el bachillerato. También hizo estudios académicos formales. Su proceso artístico no ha sido para nada forzado, eso sí, el impulso familiar es algo necesario en la formación de todo músico, y aunque hay creativos que no cuentan con ese apoyo, nunca está de más que los padres motiven a sus hijos en la preparación musical.
“Desde que empecé a escoger un instrumento bastante conectado con la música tradicional venezolana, para mí la música suena a eso. Cuando me hablan de música, las primeras cosas en las que pienso son en merengue, joropos, danzas, gaitas, golpes. Entonces, esa sonoridad para mí es la natural de la música. Ya después de ahí, me gustan mucho las similitudes que tienen las músicas en Latinoamérica. Se habla de que el joropo y el son jorocho son hermanos. Entonces, escuchar esos géneros y ver cómo se parecen al mismo tiempo, pero tienen sus características, para mí hallar esas semejanzas y diferencias enriquece mucho”, señaló.
Heredero del C4Trío
Ángel trabaja en distintos proyectos: en solitario; a dúo junto al percusionista Adrián Peña con el nombre Dos Carricitos, en el que mezclan música afrovenezolana y del mundo; fue parte de la propuesta Mi Juguete es Canción, donde aprendió de dirección y producción. De hecho, recientemente dirigió una suite con música original creada por él mismo. Otra área en la que está explorando es en la composición. El cuatrista aspira a producir un EP (extended play) y ofrecer un concierto.
En cuanto a sus inspiraciones musicales, dijo: “Soy parte de una nueva generación de músicos y he crecido con un legado musical diferente al de generaciones pasadas, por ejemplo, de cuatristas que se formaron con Cheo Hurtado. Lo primero que escuché, incluso antes de tocar cuatro, fue C4Trío y, entonces, yo heredo un set de herramientas más amplio, donde forman parte más personajes de la historia musical venezolana.
Soy de la generación de la globalización. Por Internet me entero de lo que pasa en el mundo sin tener que viajar. Entonces, esas influencias de culturas de otros países y de la propia experimentación, de unos veinte años, es lo que nutre mi propuesta. Es el sonido, la creación, de personas que se están autodescubriendo”.
POR MERCEDES SANZ • @mercedes.jazz
FOTOGRAFÍAS DENNYS GONZÁLEZ • @dennysjosegonzalez