25/01/2023. Comentaba en la radio con Laura Pérez, -la joven cantante que fue un día para ser entrevistada y llegó para quedarse en mi programa A mí me pasa lo mismo que a usted-, le hablaba entonces de mi presunción sobre ese bolero de Agustín Lara, que habría sido dedicado a María Félix, porque lo escribió en 1945, precisamente el año de su boda. Según lo relatado por la escritora Guadalupe Loaeza, el amor nació una vez que "La Doña" escuchó una de las canciones del músico en la radio y aseguró que se quería casar con él. Pero volviendo al tema de marras, encontramos en la página Sónica, una nota que habría de darle veracidad a aquella presunción: “Aunque sólo duró tres años, esta experiencia amorosa originó algunos grandes temas de la autoría del compositor. Entre los que se dice que escribió para ella se encuentran: Humo en los Ojos, Palabras de Mujer, el chotis Madrid, y el más popular de todos ellos María Bonita, lanzado en 1946”.
Aunque no lo he visto escrito por ahora, me atrevería a decir que bien pudo afirmar que María Félix fue lo más lindo que pasó en su vida, la propia “Doña”, en ese inmenso carrusel que fueron sus amores. Su maestro Garbanzo es un dato que nos aporta “El dinamo”, como le decía a su amigo el escritor Ricardo Garibay, quien por cierto nos muestra un Agustín inesperado, en su hablar cotidiano, un poco lejos de su imagen de caballero de flux y corbata, y de sus cantos florecientes de poesía: “No parecía querer a nadie. Con respeto y mucha gentileza hablaba de María Félix y de nadie más; con amor lloroso hablaba de «Garbanzo», su primer maestro, acaso el único que tuvo, que le enseñó a explotar a las mujeres: ¡Era un gran señor! Mira, Dinamo, fíjate bien, me decía el Garbanzo: “No pierdas el tiempo, no te apendejes, las mujeres son un pañuelo para sonarse la verga.” ¡Este era el Garbanzo!... ¡Ave María purísima! Jeje.
Para cerrar me encanta María Félix cuando dice: "Sólo he sido una mujer con corazón de hombre", pero cerremos mejor con estas palabras de “La Doña” en el preámbulo de la versión que le canta Alejandro Algara: “Nunca creas en palabras de mujer, la mujer hace lo que el hombre deshace, y las palabras no componen lo que el hombre descompone, pero todas las palabras se olvidan cuando se funden en una sola: Amor”.
POR HUMBERTO MÁRQUEZ
ILUSTRACIÓN ERASMO SáNCHEZ