05/02/25. El 29 de enero comenzó la fiesta que recibió el Nuevo Año Lunar Chino, en su edición del año de la Serpiente de Madera. Posteriormente, las tardes del 30 y el 31 de enero, cobijaron la alegría de familias que se reunieron para disfrutar de una jornada llena de cultura, música y tradiciones que honran la rica herencia del gigante asiático.
En la plaza más grande de Caracas, una gran valla que anunciaba el Año Nuevo Chino 2025, atraía la atención de los transeúntes, que se acercaban a tomarse la “impelable” foto del recuerdo. Al adentrarse a los más de 24 mil 300 metros cuadrados que mide la plazoleta, se impregnaban con la luz que emanaba de la tarima con las características tonalidades rojas y doradas, que representan este acontecer heredado de la China milenaria.
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Sobre esa tarima, la Flor del Jazmín resonó en las voces de los niños y las niñas, que nos mantuvieron abstraídos en la dulzura de una canción que es emblema de la cultura china y que representa la prosperidad, la entrega y el amor. Luego subieron a las tablas, estudiantes del Instituto Confucio de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), que hicieron una demostración magistral del taichí: ying y yang, destacando su capacidad para la meditación y la habilidad en el manejo de los elementos propios de esta disciplina.
Después, nos sorprendieron con la tradicional y esperada Danza del Dragón, donde dos grandes ejemplares rojo y amarillo, eran movidos por chamos y chamas, al ritmo de los tambores chinos. Mientras los dragones se paseaban entre el público, conversé con Gilmary Betancourt que acababa de demostrar sus habilidades de taichí, disciplina que estudia en el Instituto Confucio. “Desde muy pequeña me ha gustado la cultura china y siempre he investigado mucho sobre ese país. He aprendido que su cultura es muy familiar y destaca valores de amistad y apoyo mutuo”, relató.
Entre tantas personas de la comunidad china, conversamos con Violeta, nombre castellanizado para la profesora de Gilmary. Ataviada con la vestimenta típica de quienes practican este deporte milenario, expresó lo contenta que se siente al celebrar por primera vez en su vida el Año Nuevo Chino lejos de su tierra natal, y que ese lugar sea Caracas.
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“Cuando vine a esta tierra, encuentro que todos ustedes, los venezolanos son bastante amables, entusiastas. Y hoy es un día bastante importante para mí en mi vida, porque celebro con mis amigos y alumnos venezolanos”. Violeta agradeció, además, la dedicación de quienes, en una fecha tan fundamental para la comunidad china, hayan ayudado en la decoración y en los preparativos para poder celebrar.
Tras despedirme de Violeta y Gilmary, me encontré con Zhou Haiping, agregado cultural de la embajada de China en Venezuela, quien me dijo que este encuentro reafirma la alianza y amistad entre ambas naciones. “Con este festival damos a conocer más sobre la cultura china: las tradiciones, la historia, la gastronomía, la artesanía. Porque la cultura es la manera más fácil para acercar los dos pueblos”.
Haiping acotó que China “tiene una posición de respeto mutuo” en el mundo, tanto en el sector político como en el sector cultural, porque entiende que existe la diversidad. Finalmente, en el marco del Año Nuevo Chino, invitamos a aprovechar el año de la Serpiente de Madera que tiene un significado de adaptación, sabiduría y prosperidad.
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En mi paseo por la plaza de la Juventud admiré las colas que se hicieron en varios de los stands dispuestos por el espacio, y que, bajo las luces de las lámparas de papel, ofrecieron gastronomía asiática, artesanías, abanicos y paraguas típicos de China, visualización de caligrafía, hasta juegos tradicionales como mahjong y go, parecidos al dominó y ajedrez, respectivamente.
En los stands de comercios chinos como “Todo Baratico” dieron regalitos a las y los niños, hicieron rifas, sorteos, y quienes quisieron pudieron adquirir motos chinas de la marca Kadi, ensambladas en Venezuela.
La gente expuso su admiración tanto por lo hecho a mano, con la paciencia que caracteriza a los artistas del gigante asiático, hasta lo industrial. Víctor Velázquez, quien asistió a los tres días del Festival, resaltó lo interesante de la promoción de la cultura china, aunque, para él mucho más relevante fue la variedad de productos que expusieron en la feria.
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A medida que avanzaba la noche, la música resonaba en la plaza. Marcadas por el ritmo de las danzas, desfilaban por el espacio, mujeres de la comunidad china ostentando vestimentas tradicionales de la China imperial. La celebración culminó con un espectáculo de fuegos artificiales que iluminó el cielo caraqueño, simbolizando la llegada del Nuevo Año y la esperanza de prosperidad representada en la Serpiente de Madera, uno de los doce animales del ciclo lunar chino.
La Gran Misión Venezuela Joven, el Centro Venezolano de Estudios sobre China, el Instituto Confucio de la UBV y el Club Chino llevaron un pedazo de la nación asiática a Bellas Artes.
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POR SARAH ESPINOZA • @sarah.spnz
FOTOGRAFÍAS NATHAEL RAMÍREZ • @naragu.foto