21/03/25. Cuando me miraste tú, es la historia del único bolero de Agustín Lara que no consiguió su objetivo. Fue un ardid de nuestro héroe travieso en el amor. Sin embargo, la jugada no funcionó. En su viaje a La Habana del año 39, se fascinó por la isla y por Julia Guerra Fernández, nombre real de Xiomara Fernández, el amor fallido de Agustín Lara, quien se codearía con Bola de Nieve y Josephine Baker en los estudios de CMQ, en 1950.
...nunca negó el amor frustrado que tanto lo hizo sufrir, conservando como un tesoro varias fotografías... que siempre enseñaba a sus amigos con tristeza y enorme nostalgia...
Esta muchacha de veintiún años lo cautivó divinamente, desde el momento que la vió, en los pasillos de CMQ, caminando con Gaspar Pumarejo, que sería el pionero de la televisión en Cuba, y locutor de Crusellas, (una empresa que producía jabón Candado, jabón de tocador Palmolive, Hiel de Vaca, Kolonia 1800 y Myrka, agua de tocador Rhum Quinquina, agua de Violetas Lavanda y lociones, pomadas, desodorantes, polvos, talcos, brillantinas, la crema dental Colgate y el champú Halo Colgate), y le llama la atención la voz de Xiomara, presentándosela más tarde, y después de escuchar un pedacito de una canción interpretada por ella, fue allí cuando se soltaron los caballos, y el pícaro de Agustín le suelta la caballería en forma, le propone componerle un bolero, para que ella lo cantara, y así nace Cuando me miraste tú, debutando en el teatro Nacional, hoy García Lorca, y que Xiomara cantará también en el Gran Teatro de La Habana, hoy Alicia Alonso, (por sede del Ballet Nacional de Cuba), acompañada por el propio Agustín en el piano, y la cantará luego en Matanzas y en Pinar del Río.
Ya había comenzado el forcejeo sentimental y la única ‘pelea por el título’, como decía mi hermano Solano Calles, que no ganó nuestro admirado héroe. Lara armó su estrategia en lo que pareció la guerra de las flores, enviándole un ramo diariamente a la emisora, con tarjetas de su puño y letra, con el estilete romántico, "Pensando en ti". Hasta que la muchacha le pidió que cesaran los envíos florales por lo que dijera la gente,–aunque siguió enviándole una flor diaria al hotel, o lo más seguro es que ya había comenzado o estaba por comenzar, el romance con el conductor de La Corte Suprema del Arte, José Antonio Alonso, a quien la prensa de la época, le llamaba el hombre de las mil novias. Estaba escrito en su destino que tendría un noviazgo con un picaflor, o el enamorado empedernido de Agustín o el hombre de las mil novias, con quien terminó casándose, cuya boda fue todo un acontecimiento, el 1ro de diciembre de 1940, en el Gran Teatro de La Habana, con la sala repleta de radioyentes y gente de la farándula.
A todas estas, Agustín no se amilana y opta por estar cerca de ella el mayor tiempo posible, con aquel viejo grito de guerra sentimental “Atácalas que ellas caen”. Por supuesto, con invitaciones a tomarse unos copetines en el bar del Hotel Sevilla donde compartían la bella Xiomara y el "Flaco de Oro", asimismo se encontraron varias veces en diversos sitios de la capital cubana, y entre aquellos ires y venires, activó el plan de llevársela a México para hacer presentaciones juntos, y como para darle confianza y disfrazar sus intenciones, le dijo que podía ir acompañada de algún familiar, pero allá rodó el otro, porque la carajita no quiso acompañarlo, a pesar de la admiración que sentía, por el ya famoso compositor Agustín Lara.
Cuando ya solo quedaba la última carta en el mazo de la baraja amorosa, le propuso matrimonio y allá volvió a rodar, la muchacha lo rechazó, y por eso me atreví a especular en la entrega pasada, que el bolero Naufragio, precisamente de 1940, fue dedicado a la carajita, y a su fracaso amoroso. Ya el venia con un plomo en el ala, con el bolero que le compuso para tocar con ella, que ya presagiaba su desconsuelo: “Toda la gloria fue mía /cuando me miraste tú / toda la gloria fue mía /cuando me miraste tú /se quedó sin luz el día / todo se quedó sin luz /y empezó la vida mía / cuando me miraste tú/ ahora ya no me miras / que le vamos a hacer / nadie podrá mirarme ni consolarme en mi padecer”.
En la página Nostalgia Cuba, Henry Puente es quien mejor resume este amor fallido de nuestro delincuente sentimental preferido, en el artículo, “Agustín Lara visitó Cuba con frecuencia dónde se enamoró de una bella mujer sin ser nunca correspondido”:
“Aun así, Agustín Lara nunca negó el amor frustrado que tanto lo hizo sufrir, conservando como un tesoro varias fotografías de Xiomara Fernández que siempre enseñaba a sus amigos con tristeza y enorme nostalgia”.
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ