Diversas disciplinas aéreas han llegado para brindarle al caraqueño diversión, vértigo y belleza
Por María Eugenia Acero Colomine • @mariacolomine Fotografías Alexis Deniz • @denizfotografia
¿Es una pared un obstáculo? Se levanta desde el suelo una estructura plana y vertical para marcarnos un límite. Ante una pared uno se detiene: ¿Qué hacemos? ¿Nos devolvemos, la brincamos o la rompemos? La simbología de la muralla es poderosa, ya que supone un reto a vencer. Las ciudades se caracterizan por estar repletas de paredes y muros por todas partes, que se levantan hasta el infinito formando una gran selva de concreto. Estas paredes nos dividen a unos de otros erigiéndose así burbujas en las que nos protegemos de la ciudad. Ante una pared hay quienes se resignan a buscar otra salida. En cambio, hay otros, que la usan como medio de entretenimiento.
Así, tenemos que en nuestra ciudad existen alternativas lúdicas para divertirse tomando como punto de partida las paredes e infraestructuras verticales de la calle. Por otra parte, la pared no solo sirve para colgar cuadros y repisas: sirve también como expresión del arte vertical, una disciplina de avanzada en la que los bailarines conjugan el rapel, la escalada, el circo y la danza contemporánea para crear belleza a partir de arriesgadas piruetas en el aire que desafían la gravedad y generan gran vértigo.
En esta edición decidimos indagar sobre las maneras en que la creatividad se ha apropiado de las paredes caraqueñas para generar alegría, diversión y belleza.
Caída libre
Ronald Urbina (mejor conocido como Kaipo), es un guía de ecoturismo e instructor de artes marciales que pertenece al grupo Zona de Rapel Arcángel, Excursionismo y Adrenalina. Este grupo tiene su base de operaciones los domingos en la Cota Mil, desde donde se lanzan hasta abajo para experimentar la emoción del vértigo controlado con cuerdas. Este equipo profesional se encarga de suministrarles a los usuarios una master class de treinta minutos de teoría y todo un día de práctica en el que podemos lanzarnos al vacío una y otra vez con el apoyo del personal especializado. El grupo de Zona de Rapel Arcángel Excursionismo y Adrenalina se ubica todos los domingos en la Cota Mil a los lados de San Bernardino, a 300 metros del teleférico en sentido oeste. Para mayor información, puedes contactar a Ronald a su número 04241541568. También puedes seguirlos por Instagram en las cuentas @Kaipo_ve y @ecoarcangel
Esta actividad termina siendo terapéutica porque se rompe el esquema del miedo o incluso la fobia
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Ronald nos comenta: “Nosotros nos cercioramos de que las personas vivan la experiencia desde la parte didáctica. Queremos que se familiaricen con los equipos y que le pierdan miedo por desconocimiento a una actividad que quizás pareciera muy riesgosa y más bien es una de las actividades más seguras. Queremos que las personas vivan la experiencia de conocer los equipos, sin apuros. Si la persona siente inseguridad al momento de hacer un descenso, nosotros estamos diez minutos con ellos aplicando apoyo. Si la persona se arrepiente minutos antes de subir, les brindamos apoyo para que tomen confianza. La idea es que las personas logren perder el miedo. Normalmente los que practican rapel con nosotros por primera vez nos expresan sus temores. Esta actividad termina siendo terapéutica porque se rompe el esquema del miedo o incluso la fobia”.
“Nosotros trabajamos en estructuras verticales, puentes y roca. No hacemos escalada, porque no es nuestro ramo. Pero sí hacemos rapel, canyoning (descenso por cascada), barranquismo (descenso sobre pendientes pronunciadas)”.
“Los deportes extremos suelen ser más seguros que los deportes tradicionales por el cuidado que se toma para ejercerlos. El 90% de la seguridad depende del usuario, y el 10% del equipo de seguridad. Hay que vivir la adrenalina para sentir la maravilla del vértigo. Vivir la experiencia con adrenalina hace que te sientas realizado con tu vida. Les invitamos a que vivan esta experiencia con toda la adrenalina posible para que se sientan mejor con todos los aspectos de su existencia”.
Escalar las paredes
La Escuela de Escalada Nuevas Generaciones Urbanas Caricuao es un instituto que forma a grandes y a pequeños en la disciplina de la escalada. Un grupo de cuarenta niñas, niños y adolescentes entrenan en la Escuela de Escalada del Parque Nuevas Generaciones Urbanas, ubicada en la parroquia Caricuao, Caracas,
Harold Ramos, director de Deporte y Alto Rendimiento del Distrito Capital, informó que en esta escuela se forman las categorías preinfantil e infantil, que de martes a sábado a partir de las dos hasta las seis de la tarde entrenan en la pared de escalada profesional.
El deporte de la escalada consiste en que el participante debe llegar a la cima de una pared compuesta por varios eslabones sin orden ascendente que sirven tanto para subir como para bajar. Para practicarlo se requiere de una buena habilidad mental y física para resolver los problemas que se presenten en el camino.
“Comenzamos a trabajar con niñas, niños y adolescentes, con edades comprendidas entre seis y doce años de edad. En su mayoría son habitantes de la parroquia caraqueña de Caricuao. Quisimos comenzar con las categorías menores para masificar la escalada en el Distrito Capital en sus tres modalidades (velocidad, dificultad y bloque), hasta lograr su desarrollo para que lleguen al alto rendimiento”, explicó Ramos.
El entrenador de la Escuela de Escalada, Pablo Fernández, explicó que el cuerpo técnico de esta institución deportiva les enseña a todos niños y niñas los movimientos básicos de la disciplina y el uso de los equipos de los equipos seguridad.
“A los atletas principiantes se les enseñan los desplazamientos básicos en el muro, las posturas de descanso y cómo manipular los equipos. En especial, también les impartimos el uso correcto de estos equipos para resguardar su seguridad”, destacó Fernández.
Bailar el vértigo
Resulta que las paredes no solo sirven para lanzarse al vacío, sino también para bailar. La danza ha trascendido el suelo para elevarse a las murallas y embellecerlas con acrobacias, ritmo y cadencia. Esta disciplina no es nueva: se dice que la coreógrafa estadounidense Trisha Brown (1936 – 2017) fue una influencia importante en este arte. En Venezuela, las compañías Neodanza y Pisorrojo llegaron a usar cuerdas y arneses en sus espectáculos en los años ochenta. Agrupaciones como la compañía Project Bandaloop se especializa en hacer danza aérea a 200 o 300 metros de altura, con los rascacielos y grandes pendientes como escenario.
La agrupación Raíz Mestiza (o RM Danza) es una de las compañías que ha profundizado en esta disciplina, hasta el punto de certificarse en materia de seguridad. Nelson Ojeda es un bailarín contemporáneo de trayectoria sólida que tiene más de seis años bailando sobre las paredes. Nelson nos comenta: “Para mí la danza vertical y el movimiento de suspensión vienen a combinar dos cosas que amo: la danza contemporánea y los movimientos del circo. De alguna manera los une con técnicas de escalada y rapel. Es perfecto, porque nos permite tener esa vivencia del riesgo controlado y la estética de la danza contemporánea que es indiscutiblemente bien particular y de muy buen gusto. La danza vertical me ha permitido jugar con estos movimientos que amo en uno solo”.
Para mí la danza vertical y el movimiento de suspensión vienen a combinar dos cosas que amo: la danza contemporánea y los movimientos del circo
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En esta etapa de RM Danza trabaja con bailarines profesionales que desean innovar y experimentar la danza vertical. Hasta el momento lo habíamos hecho al revés. Yo estoy enamoradísimo de esta disciplina. La danza vertical se maneja a diversas alturas. Hay quienes trabajan a baja altura, y nosotros trabajamos a gran altura. Siempre hacemos trabajos de 25 a 30 metros, porque es otro el péndulo. Son otras las acrobacias y la belleza, puedes hacerlo al aire libre, el público lo agradece porque tiene una emoción entre lo estético y el susto de ver gente colgada a tanta altura”.
En Caracas, las paredes hablan. No solo el arte callejero se ha apropiado de manera irreverente sobre cuanta estructura vertical se asome en cualquier recoveco, sino que la voluntad inquebrantable de ir más allá de nuestros límites han llevado a diversos aventureros a ofrecer la opción de vencer el miedo al vértigo, desafiar las alturas y pasar un rato agradable desde una perspectiva diferente. Así que si en tu camino se atraviesa una pared, no te detengas: diviértete y haz piruetas verticales.