11/04/24. La Universidad Central de Venezuela (UCV), es el proyecto más ilusionante de los últimos años en el fútbol venezolano. Después de haber sido el primer campeón de la era del fútbol profesional en 1957, el glorioso cuadro tricolor se fue diluyendo por la falta apoyo institucional de las autoridades de la máxima casa de estudio del país, que abandonó al equipo a su suerte y, en consecuencia, el equipo se perdió en segunda división hasta desaparecer del panorama nacional.
Pero un grupo de empresarios, liderados por el presidente de la institución Juan Manuel Useche, tuvo la idea de revivir la antigua divisa de la casa que vence las sombras, y después de 36 años de permanecer en las penumbras del balompié venezolano, la UCV volvió en 2020 a la máxima categoría con un proyecto ambicioso que después de cuatro años comienza a recoger lo sembrado.
La inversión realizada esta temporada para armar un equipo con aspiraciones, bajo la conducción de Daniel Sasso, uno de los entrenadores jóvenes más prometedores del país, se ha visto recompensada en la cancha. La UCV es el equipo más sólido en las once fechas de la Liga Futve. Tiene la defensa menos goleada del torneo Apertura con seis tantos encajados, una solidez que le ha permitido mantenerse invicta, y una ofensiva plural en la que Sasso ha sabido repartir la tarea de anotar entre todos sus efectivos.
Los buenos equipos se estructuran desde el fondo de la cancha y la UCV lo ha hecho a partir del excelente rendimiento bajo el arco, del guardameta Miguel Silva, quien tras su paso por Academia Puerto Cabello, ha conseguido la confianza y el respaldo para exhibir su rapidez para cerrar espacios, ganar los mano a mano o evitar la caída de su valla con formidables tapadas. El defensa central Adrián Martínez ha recuperado esa presencia de marcador implacable para ganar por alto y por bajo que tuvo antes en el Deportivo La Guaira y lo llevaron a vestir la camiseta Vinotinto en la eliminatoria al Mundial de Qatar. Sasso ha sabido aprovechar su capacidad rematadora y dos de los tres goles que ha convertido la UCV para ganar o empatar partidos por la vía aérea han sido convertidos por Martínez.
El ataque coral es otra de las características valiosas de la UCV de Sasso. Ante las lesiones que han impedido contar con toda su artillería a tiempo completo, Brayan Hurtado, el colombiano Yeiber Murillo y el argentino Tomás Blanco se han repartido la función de liquidar en el área rival. El premio de la clasificación a las semifinales del torneo Apertura sería suficiente para otro equipo en construcción, pero no para esta UCV que pasó de ronda eximida y ahora quiere sacar su segundo título.
POR GERARDO BLANCO • gerarblanco65@gmail.com
ILUSTRACIÓN JUSTO BLANCO • @justoblancoru