15/08/24. Generalmente, vivimos con poca curiosidad sobre las cosas mas cotidianas. Sin preguntarnos quién le dio a la silla la forma más usual que tiene, desde sus versiones de diseño hasta aquellas plásticas que amontonamos en los patios. Mucho menos tomamos tiempo para pensar si aquella mano sobre el papel o el corte sobre la madera fue la de un hombre o la de una mujer.
Cuentan libros muy antiguos que existió una mujer conocida por algunos como María la Judía, por otros como María la Hebrea o Míriam la Profetisa, que fue una verdadera sabia.
Hay un procedimiento que hacemos mucho, en especial cuando metemos al calor un tanto de leche condensada, caramelo, huevos, leche y vainilla para transformarlo en un quesillo. Pues el famoso baño maría, esa manera de calentar a través de otro líquido fue inventado hace mucho, mucho tiempo. Por allá, cuando ni siquiera la abuela de nuestros bisabuelos pensaba nacer y fue el aporte de una mujer.
Cuentan libros muy antiguos que existió una mujer conocida por algunos como María la Judía, por otros como María la Hebrea o Míriam la Profetisa, que fue una verdadera sabia. Una de las áreas a las que mas contribuyó fue la alquimia, que es “una antigua práctica protocientífica y una disciplina filosófica que combina elementos de la química, la metalurgia, la física, la medicina, la astrología, la semiótica, el misticismo, el espiritualismo y el arte".
Desde los tiempos de aquella mujer, algunos cambios han existido en la técnica, pero su idea central de trasladar el calor de una materia a otro sigue siendo la misma. Se sabe que existió y que escribió libros que por siglos citaron aquellos que buscaban transformar materias. Para algunos, ese personaje es también alguna de las María que existen en la Biblia, en especial, podría ser María Magdalena o no serlo.
Lo importante es su silueta de mujer de experimento, de saber y tan inmortal que su nombre lo repetimos en laboratorios y cocinas pues forman parte de nuestro cotidiano. Como María, muchas cosas que nos rodean nacieron de la mente y de las manos de una mujer. Entre ellos podemos citar el libro electrónico, el “wifi”, el limpiaparabrisas, la escalera de incendios, o el sistema de reconocimiento a través de la córnea.
Cada año, se habla más de lo importante que es promover que las niñas y adolescentes hagan ciencias o matemáticas si esto es lo que les genera interés o placer. Una larga lista de nombres silenciados son prueba innegable de las capacidades. De allí, la importancia de acompañarles con políticas, programas y estímulo en casa y en la escuela.
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta