23/08/24. Es importante tener en cuenta que gran parte de nuestros conceptos y creencias sobre el deber ser de la vida vienen de historias que nos contaron nuestros ancestros. Así, tenemos que existe una gran constelación de héroes y guerreros que se destacan por su valor y gallardía, siendo personajes solitarios. Zeus, Olodumare, Buda, el Zorro, el Llanero Solitario, el Renegado hasta el propio Jesús, han sido figuras veneradas y de gran envergadura. Todos ellos, y muchos más, han tenido un aura especial por disponer del orden del mundo en soledad.
Tender redes de apoyo y contención femenina pudiera ser el antídoto que cultural y socialmente proteja a las mujeres del peligro.
Ahora bien, si nos referimos a mujeres solas en el imaginario cultural, la imagen no es igual de ensoñada. Tenemos a Lilith, quien fue condenada por Dios al inframundo al no calarse las impertinencias de Adán. La misma Eva llevo lo suyo por no haber hecho caso. Medusa fue violada y víctima de la envidia antes de convertirse en un monstruo. Las sirenas y las amazonas son mujeres solitarias y temibles. Existe un demonio femenino que no debe nombrarse en el espiritismo en horas de la noche, porque sino, se te pega y deberás cargar con sus maldiciones encima. La mayor maldición de este espanto: estarás condenado a la soledad y la desolación. Las Banshees también son demonios femeninos solitarios que vagan por el mundo pescando hombres solos. Las brujas y sus aquelarres son legendarias en la edad media, pues supuestamente estas mujeres solas invocaban al diablo y hacían cosas malas. Por esta creencia, la cantidad de mujeres martirizadas por la inquisición se perdió de vista.
Tal parece que una mujer no es un ser humano completo ni digno de respeto si no está acompañada de un marido y unos hijos. En contraposición a estas imágenes dantescas, tenemos a la Virgen María, epítome de toda virtud, quien es esposa, madre y virgen. Démeter, Kwan Yin, las Taras del budismo, Radharani y otras virtuosas son exaltadas por representar a la esposa amante, compañera y complemento perfecto de nuestros súper héroes.
Quizás una mujer en el imaginario nuestroamericano se ha salvado de ser condenada, y se le venera con gran devoción: la poderosa María Lionza.
Te vas quedando sola…
Hurgar en nuestro imaginario cultural e histórico nos puede servir para comprender que una de las mayores condenas que le pueden endilgar a una mujer es que se quede sola. Pareciera ser la mayor maldición. El matrimonio, más que un proyecto de vida en conjunto, representaría así en la sociedad la salvación para que una mujer no pierda validez en el mercado. De ahí que en algunas sociedades, la familia de la novia pague una cuantiosa dote al novio por hacerles el favor de encargarse de la hija.
Si una mujer decide no casarse o tener hijos, automáticamente es mal vista. No importa si ha construido una vida plena, tiene un buen arsenal de amigos, viajes, logros profesionales. La soledad será una señal de que algo anda mal en ella: “Normalmente, tipas así son unas enfermas que buscan controlarlo todo”, escuché hace poco.
Si algo malo le pasa a una mujer en la calle estando sola, automáticamente será su culpa. Cuando una mujer es asesinada viajando sola, junto a su muerte vendrá la acusación de que jamás debió habérsele ocurrido salir de su casa sin una compañía. Tenemos el caso reciente de la artista Julieta Hernández, quien no solo sufrió un trágico final cuando se disponía a regresar a Venezuela en bicicleta, sino que aún hoy en día la justicia brasilera duda en penalizar debidamente a sus feminicidas.
Esta situación es bastante frecuente incluso hoy en día que en Venezuela contamos con una Ley por una vida libre de violencia. A pesar de contar con la única ley en el mundo que penaliza la violencia de género, aún en las instituciones existen vicios profundos que distan de hacer cumplir esta ley. Tenemos que hay fiscales que desdeñan las denuncias por no tratarse de asuntos de pareja. Por otra parte, si la mujer se atreve a seguir adelante en la búsqueda de justicia, la respuesta puede ser una posible venganza por parte de sus agresores. El triste caso de la periodista Kalinina Ortega es un ejemplo lamentable de la agresión contra una mujer anciana y sola que pedía justicia.
El asunto es, que conforme pasa el tiempo, más difícil se hace sostener relaciones duraderas de pareja. La responsabilidad afectiva y la disposición de las parejas a perdurar se ha hecho cada vez más frágil. Sobre todo, si el bombardeo cultural exhorta a relaciones utilitarias y de corta duración.
En la unión está la fuerza
Más allá del rechazo social a la mujer por no contar con una manada que la acompañe, una solución sanadora ante las amenazas a la dignidad e integridad de la mujer sea la solidaridad femenina. Tender redes de apoyo y contención femenina pudiera ser el antídoto que cultural y socialmente proteja a las mujeres del peligro. Quizás, muchas mujeres solas pudieran construir una sociedad más amorosa, humana y de ternura: en la que las madres solteras puedan criar a sus hijos entre amigas, y las ancianas cuenten con un grupo que las acompañen en sus últimos años. Es hora de ir desmontando creencias alienantes y de tender puentes de unión y hermandad entre las mujeres.
POR MARÍA EUGENIA ACERO • @mariacolomine
ILUTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta