29/08/24. A raíz de los comentarios sobre el disco titulado Rompiendo la rutina de la Portuondo y Paulina Álvarez, quedó en la tubería que la emperatriz del danzonete inicio sus actividades musicales a los nueve años de edad, vale decir que, en vez de jugar muñecas, cantaba. “La vocación nació conmigo… decía Paulina ¡Estaba de Dios que yo fuera cantante!... Es propicio entonces detenernos en el danzón y particularmente el danzonete. Conté también que por pura intuición pedí a Elena y Leonel que montáramos la ponencia que ocurrirá el viernes 27 a diez para las doce del mediodía, El danzonete de Elena Gil y Leonel Ruiz / Humberto Márquez, periodista; Elena Gil, cantante y Leonel Ruiz (pianista), de Venezuela, tal como quedó en el maravilloso programa del Coloquio, y dije intuición porque aún no sabía que entre las temáticas del evento está el 95 aniversario de Rompiendo la rutina, primer danzonete creado por el músico matancero Aniceto Díaz, que fue precisamente el que les pedí para presentar nuestra conferencia cantada. El mismito que la diva del Buena Vista Social Club cantó en la gala de inauguración del IV Encuentro Internacional Danzonero Miguel Failde in memoriam 2019, para regalar al público espectador uno de los temas más emblemáticos de la historia musical cubana, que cumplía en ese entonces noventa años de su estreno.
...el danzón no sólo fue embrión del danzonete del matancero Aniceto Díaz, al agregarle el son, sino también del mambo y el Chachachá.
Pero decía arriba, lo propicio de detenernos en el danzón, que por cierto me vi el regio documental Danzón: Baile Inmortal, que describe el origen y desarrollo del arte bailable de origen cubano, creado por el compositor matancero Miguel Failde y Pérez en 1879, nacido de la danza criolla afroantillana y su influencia española, que comentaré en próxima entrega, e incluirá mi decepción de la tesis de Alejo Carpentier, de la country dance inglesa que habría pasado por los bailes de salón franceses en París, y luego a Haití de donde llegaría a La Habana como contradanza, que divulgué erráticamente en todas mis conferencias.
Prefiero entonces comentar un danzón compuesto por el bajista cubano Israel López "Cachao", una de sus muchas composiciones dedicadas a un lugar cubano donde tocaba frecuentemente como parte de la charanga Arcaño y sus Maravillas. "Social Club Buenavista" (también conocido como "Buena Vista Social Club"), un estandarte del género, interpretado regularmente por artistas como Frank Emilio Flynn y Rubén González a lo largo del siglo XX. Aunque compuesta durante la década de 1940, fue grabada por primera vez en 1958 por el propio Cachao, junto con varios ex miembros de las Maravillas, para el álbum El Gran Cachao, lanzado por Kubaney, que finalmente fue registrado en los Estados Unidos el 23 de marzo de 1964. Unos cinco lustros antes que Ry Cooder y Juan de Marcos rememoraran la magia de aquellos músicos que inmortalizó Win Wender en su película maravillosa.
Entre 1938 y 1948, Cachao y su hermano Orestes (apodado "Macho") fueron el núcleo de composición y arreglos de Las Maravillas de Arcaño, más tarde conocida como Arcaño y sus Maravillas, una de las charangas más populares de Cuba, dirigida por el flautista Antonio Arcaño. Cada noche, las Maravillas tocaban en un lugar diferente, incluyendo casinos, hoteles, asociaciones juveniles, asociaciones de negros, etcétera. Sus largos sets les exigían tener un vasto repertorio, por lo que Cachao y Orestes componían nuevos danzones regularmente, sumando miles a lo largo de los años. Muchos de ellos estaban dedicados a los lugares en los que actuaban, como el Club Social de Marianao, el Redención Sport Club (en Pogolotti, La Habana), el Avance Juvenil (en Ciego de Ávila), el Centro San Agustín (en Alquízar) y el Social Club Buenavista. Esta última era una asociación de afrocubanos del barrio de Buenavista de La Habana, fundada en 1932.
López también tocaba el bajo acústico con su hermano, el multi-instrumentista Orestes López. Ambos compusieron literalmente más de tres mil canciones juntos y fueron muy influyentes en la música cubana desde los años 1930 a la década de 1950, y del propio jazz. Crearon el "nuevo estilo" hacia fines de los años 1930, el cual transformó el estilo del danzón. Mediante la introducción y popularidad de otro género el son cubano, llevó a Pérez Prado a desarrollar el nuevo género musical mambo. Si porque esa es otra, el danzón no sólo fue embrión del danzonete del matancero Aniceto Díaz, al agregarle el son, sino también del mambo y el Chachachá.
Llévatela Nied, Romer y Erasmo, ¡catalizadores de tanta maravilla!
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ