26/09/24. Existe una forma narrativa que se conoce como abismal. Se puede explicar con las matrioskas, esas muñecas que llevan en su interior a otra y estas a otra… También sirven los espejos encontrados, en los que cada uno contiene la imagen del espejo que tiene al frente y se genera una visión infinita.
Más allá de estructuras literarias y teatrales, el fascismo, esa cara cotidiana tenebrosa del capitalismo, es la manera de ser del Don.
Hamlet de W. Shakespeare es un ejemplo bastante utilizado para abordar el tema, dado que utiliza teatro dentro del teatro. En la trama se presenta una pieza que narra la versión de Hamlet sobre lo que ocurre en la obra.
La estrategia narrativa es conocida, también, como heráldica dado que, en el diseño de algunos escudos de armas, se repite la misma heráldica en pequeño, por supuesto allí se vuelve a reproducir el escudo. Si se pretende rastrear un tercer blasón dentro del segundo, será tan pequeño que seguramente será difícil de distinguir. En todo caso, llegará el punto en el que uno de esos escudos incluidos dentro del otro será sólo posible en la imaginación. Si se hace el ejercicio estaremos frente a un precipicio infinito.
Pongamos un ejemplo tramando realidad y ficción: Don Poder Económico Internacional, llamémoslo simplemente Don, es el personaje disparador de una armazón heráldica. Una de sus estratagemas más recurridas es el engaño. Como el personaje tiene mil tentáculos, la mentira, -su mentira- se propaga rápida y eficientemente alrededor del planeta.
Aguas abajo, al servicio de sus intereses, tenemos operadores de poca monta, quienes repiten la estrategia en una proporción mucho más pequeña, como con los escudos nombrados anteriormente.
Este proceso parece dar cuenta de una de las famosa leyes del Kybalion: “Cómo es arriba es abajo”. Así se fragua una estafa, la misma que se hace arriba: una engañifa descomunal, se hace abajo: un ardid político.
Es una guerra avisada con la certeza de matar al soldado. Y aunque no les vaya bien repiten la fórmula del Don: volver a mentir.
A un bufón se le va el yoyo. Ya no está para esos trotes. Por su cuenta, recurre al modelo: engañar. Torpemente aplica la fórmula contra ambos lados. Aunque fiel a la receta, distorsiona el resultado. El Don se da con la palma en la frente, aunque termina sonriendo. Tiene parlamentos, mega medios de comunicación y gobiernos enteros bajo su mandato. Un nuevo engaño difuminará el desaguisado, hasta tratará de virarlo a su favor.
Más allá de estructuras literarias y teatrales, el fascismo, esa cara cotidiana tenebrosa del capitalismo, es la manera de ser del Don. Y asusta. Nos hace sentir, demasiado a menudo, que estamos al borde de un farallón.
POR RODOLFO PORRAS • porras.rodolfo@gmail.com
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ • (0424)-2826098