03/10/24. Cuando recibí la noticia de la suspensión del Coloquio Internacional Danzón Habana 2024 por culpa de Helene el quinto huracán de la temporada ciclónica 2024, debería decirse huracana, -aunque es también la octava tormenta tropical con nombre que se forma en el Atlántico este mismo año-, no me dejé amilanar por la tristeza e inmediatamente me puse a inventar un show en el lobby del hotel Memories de Miramar, donde fuimos hospedados, porque había piano, por lo que Leonel hizo buenas migas con sus dueños, y de los conferencistas hubo dos mexicanos, que como en nuestro caso pudieron llegar antes del percance. Me imagino que mi hermana Alicia Valdés autoridad única del coloquio, se asustaría al pensar que su evento académico iba a terminar en un performance de bar de hotel, y se inventó rapidito nuestra presentación en la Casa de la música de Plaza, también conocida como Casa de la Timba, más por el entorno urbano, y nada que ver con el género creado por Changuito desde Los Van Van y luego independiente.
El bolero siempre estuvo ahí, durante esa hermosa semana.
Fue muy grato presentar nuestra ponencia sobre el primer danzonete Rompiendo la rutina de Aniceto Diaz en tan divino petit comité y de memoria fui hilvanando desde su estreno el 8 de junio de 1929 en el Casino Español de Matanzas por el cantante Arturo Aguiló según señalan Toni Piñera y Didier Ferrand, y la aparición de Paulina Álvarez con la orquesta de Aniceto en 1932, reseñada por Rosa Marquetti en Desmemoriados.
Conté cómo ocurrieron las cosas por esa intuición bendita de haber llegado a Paulina por Omara en mis investigaciones sobre danzones para la radio estando en Houston, y cómo en las temáticas del coloquio se incluía la celebración de los 95 años del danzonete Rompiendo la rutina. Por supuesto culminamos con el “cante” de Elena acompañada por Leonel Ruíz. Hubo un suceso simpático en la dinámica de presentaciones y cuando le tocó a Elena, con la humildad que la caracteriza, hizo un breve bosquejo de su vida, a lo que Alicia hizo una merecida y larga reseña de nuestra querida cantante, que fue la primera bolerista venezolana en participar en el Festival Boleros de Oro en 1990, que se quedó un mes en las diferentes versiones en otras ciudades de la isla, de la mano de Elena Burke, quien la adoptó por entonces, como lo certificó a la hora del almuerzo, el maestro José Loyola, presidente del Festival. De paso nos contó Loyola que en junio de 2025, el Festival Boleros de Oro será dedicado a Venezuela, y pronto conversaría con nuestro flamante Embajador en Cuba Orlando Maneiro, para ir preparándolo todo. La semblanza de Elena por Alicia, fue “tan tan” larga como merecida, que cuando me tocó a mí, después de ella, sólo dije: “Yo soy amigo de Elena Gil”, ante una risotada general y una broma en ascenso porque todos, al terminar su presentación decían: “Yo también soy amigo de Elena”.
La otra agradable sorpresa es que Alicia aprovechó para presentar El bolero en América Latina. Compositores e intérpretes, ponencias del Coloquio internacional Boleros de Oro, un libro que ansiaba tener en mis manos durante mis diez años de ausencia, después de 25 años consecutivos asistiendo a esa cita maravillosa de los meses de junio de cada año. El libro incluye mi trabajo sobre Omara Portuondo, pero lo mejor es compartir la escena editorial con grandes musicólogos cubanos y de diversas partes del mundo. A ojo recuerdo a Gaspar Marrero, Marta Valdés, la propia Alicia quien participa con textos suyos, aparte de ser compiladora. O los colombianos Oscar Collazos y mi amigo Perucho Mejías, pero ya tendré tiempo de hacer una nota más explícita.
El bolero siempre estuvo ahí, durante esa hermosa semana. Cada domingo en el Salón de la Fama del Hotel Nacional, hay cita con la exquisita voz y bella presencia de Emilia Morales Palmero, con sus invitados. Esa noche, comenzó Emilia con sus bolerazos de siempre, le agradecí inmensamente complacerme con el bolero Pensamiento de Teofilito, de Sancti Spiritu, como ella; después cantó Cecilia y por supuesto los invitados especiales fueron nuestros venezolanos Elena y Leonel, que se lucieron con honores, pero después vino una joven, Yina Trujillo, que tiene un futuro promisor como cantante, por su voz, su presencia escénica, su vestuario y su belleza por dentro y por fuera, todos acompañados por el maestro Tony Lascano y Carlitos el percusionista. Con Yina hice una entrevista para la radio que una vez procese la tendremos por aquí también. Es todo por ahora.
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ