19/01/2023. La música en Venezuela alzó vuelo el año pasado, gracias al resultado positivo que mostró en varios campos. Solamente en materia de producción de discos, se grabaron más de cincuenta registros, y eso ya es bastante. Pero no sólo fue la cantidad, sino también la calidad de esos trabajos. Distintos portales locales dedicados a la música han venido reseñando todos esos álbumes y espectáculos que se hicieron en 2022.
Artistas de diferentes ritmos develaron placas (digitales y físicas) con propuestas creativas, muchas de las cuales no se esperaban. Sería mejor no dar nombres, ya que son muchos los músicos que se dedicaron a aportar con su arte. Hubo para todos los gustos, así que el público tenía para escoger. De igual forma, los esperados conciertos (grandes y pequeños), en diferentes locaciones, vieron la luz nuevamente y lograron congregar a toda esa gente ansiosa por volver a disfrutar de este tipo de espectáculos.
Si el año 2021 fue de regular a positivo para la música en el mundo, en general, a pesar de no contar con conciertos ni con ningún tipo de actividades públicas -debido a la pandemia Covid-19-, en 2022 se pudo dar ese otro paso que faltaba: la reactivación de las jornadas presenciales.
“Sin duda que en 2022 se reactivó la movida musical y cultural. Volvieron no sólo los conciertos y hasta se hicieron festivales grandes como Liveri Fest o el Cúsica; sino también eventos deportivos, retomamos los estadios de baseball, las exposiciones artísticas. Por otra parte, las escuelas de música retomaron las clases presenciales y eso dio pie a que esos músicos pudieran tener presentaciones”, dice Tajmahal Genavi, productora cultural.
LOGROS Y RETOS
Si se compara el país con naciones de afuera, siempre habrá una desventaja en cuanto a cantidad de producciones y eventos, lo cual se relaciona con el tema presupuestario, incluyendo el patrocinio. No obstante, cuando se habla de música venezolana es aquella que está hecha por artistas nacionales independientemente de donde se encuentren.
“Las respuestas al aumento de la producción musical son múltiples. Por mencionar uno de los elementos: el continuo avance tecnológico y, por otro lado, una sociedad post-Covid, con una situación económica particular, que ha encontrado en la realización de eventos una pequeña válvula de oxígeno”, señala el músico Miguel Arellano, bajista actual del grupo Venezuela Sound de Víctor Morles.
Esto apenas es una muestra de lo que sucedió en 2022. Aún falta mayor inversión en el sector música en lo que respecta a equipos, en todo lo que es el proceso de producción, plataformas digitales, más escuelas de música, apoyo a los creadores en diferentes niveles, ya que hasta ahora se han movido, en su mayoría, de manera independiente. Lo alternativo es una buena vía pero sigue siendo insuficiente.
“Falta una plataforma para mostrar tu trabajo, cómo subsiste el músico, cómo se proyecta, eso es importante. Si vas a grabar un disco es un gasto increíble, el ingeniero de sonido, le pides a tus panas músicos que te hagan un favor. Entonces, esto siempre ha sido un tema. Falta eso, que el músico diga yo puedo vivir de esto”, asegura el músico y docente Pedro Isea.
Y un aspecto importante es fomentar la educación musical, es decir, que este arte no sea visto o abordado sólo como distracción, sino como un elemento sociocultural capaz de transformar realidades. De ahí que sea necesario impulsar la música (escuelas, liceos, colegios, universidades, comunidades, y demás espacios). Éstas son apenas algunas tareas pendientes.
POR MERCEDES SANZ • @mercedes.jazz
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