23/05/24. ¿Les suenan los nombres Hugo Blanco, Las Cuatro Monedas y Los Dionys? Algunos sí y, posiblemente, a las nuevas generaciones no. Ahora, si se menciona a Desorden Público claro que sí se reconoce porque es una banda aún activa. Pero los primeros artistas señalados, incluso varios de ellos muertos, son figuras elementales a la hora de hablar de la historia del ska en Venezuela.
Este género causó furor en su momento y se puede afirmar que la etapa de mayor desarrollo fueron los años ochenta y noventa cuando aparecen variados grupos haciendo ska y lo que se llamó rock mestizo. Acá figuran Palmeras Kaníbales, La Banda de la Banana Voladora, Cebollas Ardientes, Sin Sospechas, Skabiosis, El Pacto, Don Khumalo y otras que hacían fusiones con diversos ritmos tropicales, criollos y demás.
No sólo Caracas fue epicentro sino también Barquisimeto, Valencia, Maracaibo y otras zonas. Pero la cosa no terminaba aquí. El fenómeno del ska, unido al reggae y el punk, también tuvo tentáculos que se extendían más allá del centro y el este capitalinos, por ejemplo, la parroquia Caricuao fue una importante zona de desarrollo de los estilos jamaiquinos y fue un motor en la difusión de sus propios talentos. Tanto así que existía una emisora comunitaria, Radio Perola, con programas y producción propios que se dedicaron a promover a bandas locales. Y quizás muchos recuerden el Festival Skaricuao, evento que contaba con una asistencia masiva.
El poder de las minitecas
Por supuesto que las minitecas tuvieron un rol dentro de la difusión de la música ska, reggae y punk en el país. Por una parte, estaban las que pinchaban música comercial del momento y las alternativas, que ponían a sonar música diferente gracias a que eran manejadas por jóvenes que viajaban y traían discos de vinilo. Estos mecanismos de difusión musical rodaban en fiestas, en liceos, colegios y varios espacios, y hacían que esa generación escuchara ritmos y artistas desconocidos en Venezuela, porque tampoco sonaban en las radios. Es acá donde aparece el nombre de Aseo Urbano, una miniteca manejada por los integrantes originales de Desorden Público y rotaba punk, ska, reggae y dub de Jamaica, Europa y otras latitudes.
“Aseo Urbano fue un medio más de difusión de nueva música y allí poníamos, ¡vaya!, lo que nos caía, desde el postpunk más dark que existía hasta el rockabilly más divertido, cosas de ska, de reggae y, a su vez, de ese embrión que fue Aseo Urbano, que parió a Desorden Público, también nació Radio Pirata, un programa con treinta dos años al aire”, dijo José Luis “Caplis” Chacín, integrante fundador de Desorden en el ciclo de charlas sobre el ska venezolano, capítulo años ochenta, que se hizo en el espacio cultural Los Galpones el pasado 18 de mayo.
Ciertamente, Desorden es la primera banda venezolana dedicada exclusivamente al ska en español y sus referentes fueron artistas foráneos. “En el ska de los ochenta no había más nada, entonces, nosotros dijimos o hacemos nosotros ska o no hacemos nada. Nos costó porque veníamos de la escuela de punk”, acotó Caplis, señalando como antecedentes inmediatos y nacionales a la banda PP’S, pionera del new wave en Venezuela, porque Las Cuatro Monedas y Los Dionys no fueron influencias directas.
Las otras huellas fueron Kortatu, del País Vasco, grupo liderado por Fermín Muguruza, y The Clash, de Inglaterra. “Hubo ese intento a finales de los sesenta con Hugo Blanco, que era muy curioso, con versiones de Desmond Dekker y otros jamaiquinos”, expuso Diana Hernández, investigadora de ritmos jamaiquinos y organizadora de la charla.
POR MERCEDES SANZ • @mercedes.jazz
FOTOGRAFÍAS ARCHIVO TELEVISIÓN Y CINE EN RETROSPECTIVA / SKA EN VENEZUELA