18/12/24. El tictac no para: los viejos no terminamos de acostumbrarnos al año 2000 y el Y2K, y resulta que ya han pasado 25 años del nuevo milenio. Con alegría e ilusión, nos preparamos para cerrar un ciclo y recibir 365 días de paquete en el que haremos lo mejor posible por ser un poco más felices.
Las tradiciones del 31 de diciembre en Venezuela, no se hacen esperar: sintonizamos Radio Rumbos para escuchar Las uvas del tiempo y el inolvidable Yo no olvido al año viejo. Los más sentimentales, nos ponemos a llorar sin saber porqué. La ropa interior amarilla al revés, nos va a garantizar buena fortuna en este nuevo año. También, si el presupuesto lo permite, cargamos en la mano doce uvas para pedir doce deseos por cada mes (cosa que nunca pasa, porque a las doce abrazamos a nuestros seres queridos, y se nos olvida comernos una uva por cada segundo del nuevo año). También se comen lentejas, mandarinas, nos lanzamos de una silla, tiramos calendarios viejos por la ventana, echamos agua por la puerta y salimos con una maleta corriendo para garantizarnos un viajecito, así sea a Maracay. Una de las tradiciones predilectas de mi familia los primeros minutos del primero de enero del nuevo año es revisar el calendario, para saber cuántos feriados bancarios vamos a tener.
Año nuevo, vida nueva
Así, se supone entonces que el primero de enero la vida empieza de nuevo: te reinventas, te reinicias y todos tus pecados se absuelven de inmediato por obra y gracia del gran Cronos.
Pero pasa que el 01 de enero, casi nadie se para temprano. Normalmente, uno amanece a las dos de la tarde recalentando la comida de la noche anterior. Este letargo suele prolongarse hasta el 06 de enero, día de Reyes Magos. Los más entusiastas, se van a la playa a pasar la resaca. Otros, se van a la montaña o donde amigos, pero los primeros siete días del nuevo año son una especie de limbo, en el que nada importante sucede.
Luego, resulta que revisamos nuestras cuentas bancarias: nos gastamos los bonos y aguinaldos, y estamos en números rojos. Así que nos toca esperar mínimo hasta el 15 de enero para poder empezar a funcionar en la vida.
Tal vez, este año 2025 los ánimos están más dispuestos por la toma de posesión del presidente Maduro. Pero muy probablemente todos sigamos en pijama y sin bañarnos, viéndolo por Tv.
Los tiempos de la naturaleza
Podríamos creer, que esta tendencia a mantenernos en modo hibernación sea la consecuencia de tantas fiestas y hallacas. Pero vale la pena echar un vistazo a la antropología.
Curiosamente, el único calendario que empieza el año en enero es el gregoriano. Los chinos, arrancan el nuevo año en febrero. Los mayas tenían trece lunas, y los musulmanes empiezan el año el 25 de junio. El término calendario procede de calendas, término que designa el primer día del mes en el calendario romano, relacionado con el verbo calare 'llamar', que se refiere a la "llamada" de la luna nueva cuando se ve por primera vez. El latín calendarium significaba "libro de cuentas, registro", ya que las cuentas se liquidaban y las deudas se cobraban en los calendariums de cada mes.
Hoy en día, se dice que están activos unos cuarenta calendarios diferentes en el planeta. Llama la atención, que en casi todos, el año nuevo arranca en marzo, con la llegada de la primavera.
Así que si los primeros meses de 2025 usted siente que la vida no arranca, no se preocupe. En realidad muy pocos de nosotros caemos en cuenta de que empezamos el año hasta muy tarde: normalmente arrancamos de verdad el año en febrero, cuando estamos ya pensando en las vacaciones de Carnaval y Semana Santa.
¡Feliz año!
Por: María Eugenia Acero Colomine @mariacolomine