30/01/25. "Te amé en silencio todo este tiempo, y luché hasta conquistarte. Manipulé para que cayeras en mis redes, y ahora no puedes salir. La mujer decide con quién se acuesta, y el hombre decide con quién se casa. Eres mía. No quiero que ningún hombre se te acerque". Con estas perlas, Atahualpa creía que había coronado el sueño de enamorar a Mimí, la mujer de quien había estado obsesionado por meses.
No luchemos por "conquistar el amor" de nadie, ... como si fuera un pedazo de tierra. Propiciemos el cariño a partir del respeto, el encuentro, la solidaridad...
Frases así son harto comunes en el imaginario de las telenovelas, boleros y otras canciones de amor y desamor. Muchas revistas para mujeres, tipo Cosmopolitan, Tú, Marie Claire y Hola! son expertas en propiciar patrones para desarrollar vínculos sobre la base de juegos mentales, estructuras de poder y dominación sutiles bajo la máscara del amor romántico.
"El hombre propone, la mujer dispone"
Así, muchas y muchos hemos crecido sobre la base de creencias populares acerca de cómo debemos vincularnos. Vale la pena revisar con lupa muchas de las palabras y conceptos que usamos para construir una relación de pareja.
Veamos, por ejemplo, el caso del galán de esta nota: el joven Atahualpa. Atahualpa jura que se la está comiendo al decirle a su amada "Te conquisté". Ese vocablo se usa muchísimo en los códigos de seducción y enamoramiento: generar condiciones favorables para ganar la voluntad del objeto del afecto de alguien. Tal vez, esta palabra pueda sonar propicia para una canción de Nicola Di Bari o José José, pero la connotación implícita de la palabra "conquistar" es bastante sangrienta. No creo que los doscientos millones de indígenas masacrados tras la llegada de Cristóbal Colón y Bartolomé de las Casas a América se hayan sentido complacidos de que los hayan torturado en aras del buen amor. Vale señalar que la palabra "ingenuo" tiene origen precisamente en la confianza que depositaron los pueblos originarios en los colonos españoles y británicos al aceptar espejitos por oro, violación y sangre.
Otras frases y conceptos comunes del imaginario romántico: "Eres mía/mío", "hasta que la muerte nos separe", "si no es para mí, no es para nadie", "si me dejas, te/me mato", "estoy obsesionado/a por ti", "el hombre llega hasta que la mujer quiere", "una señorita decente debe darse su puesto", después de los treinta, la mujer queda para vestir santos, "agarrando aunque sea fallo". Este tipo de conceptos aparentemente inocentes justifican la violencia, el abuso y la anulación de la autodeterminación de la otra persona.
Cerati cantaba al respecto:
la empujé a la pared
le arranqué el vestido
y la llené de amor
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POR MARÍA EUGENIA ACERO • @mariacolomine
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta