12/02/25. Hay quienes consideran que arribar, acercarse o pasar de los cuarenta es el punto de no retorno a la anhelada juventud. Observan una realidad distinta a la que se imaginaron en su niñez o cuando estaban “jóvenes” y relacionan esta etapa con el fin de algunos sueños y objetivos.
...la crisis de los cuarenta no es un mito, de hecho, advierten que puede desencadenar otros problemas como depresión o ansiedad.
Daniel J. Levinson, un psicólogo estadounidense, fue el primero en darle forma al concepto de la “crisis de los 40” o “crisis de la mediana edad”. Según Levinson cerca la cuarta década, se pone en la balanza todo lo que se ha hecho o no en la vida. Empieza un periodo de análisis sobre lo que se tiene y lo que siempre se ha anhelado y que no se posee. La conclusión muchas veces termina siendo: ¡No lo tengo! Nada concuerda con lo que se desea o con las expectativas.
El especialista afirmaba que estos sentimientos y pensamientos son muchas veces producto de las presiones sociales. La sociedad promueve como objetivos primarios tener hijos, una casa, un trabajo estable, carro, una pareja ideal. Por lo que, al llegar a esa edad, a una persona le cae de sopetón la desilusión y, en ocasiones, la decepción.
Tanto en hombres como en mujeres, la apariencia es otra preocupación. Adicionalmente, se tiene la creencia de que se pierde la potencia física y el atractivo sexual. La promoción de estereotipos de belleza en redes sociales y medios de comunicación tienen mucho que ver. Estigmatizan los procesos naturales de la madurez, y promueven la “juventud eterna”, justificando y vendiendo tratamientos quirúrgicos o estéticos, que, además, para alguien que no tiene los recursos monetarios puede traducirse en frustraciones.
¿Qué hacer?
De acerdo con especialistas, la crisis de los cuarenta no es un mito, de hecho, advierten que puede desencadenar otros problemas como depresión o ansiedad. Para frenar los síntomas de la “mediana edad” aconsejan:
- Reflexionar y reinterpretar la llegada a los cuarenta como un cambio en la perspectiva o en la manera de interpretar la vida.
- Quitarle la palabra “crisis”.
- Construir nuevas metas, sin llegar a la obsesión y valorar lo alcanzado.
- Abandonar los clichés sobre la madurez y aceptarse.
- No hacerle caso a las presiones sociales.
Para muchos y muchas cumplir cuarenta años se puede interpretar como una nueva etapa en aspectos asociados a la sexualidad, a cómo se ven en el espejo, a cómo se perciben ante sus semejantes, inclusive, en lo espiritual, en lo emocional, en lo profesional.
POR SARAH ESPINOZA • @sarah.spnz
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta