06/03/25.- Elena ha estado esperando durante meses que su actual novio tome una decisión sobre la propuesta que ella le realizó acerca de vivir juntos. Tienen una relación sexo-afectiva y exclusiva de tres años, no obstante, él se ha negado a una unión estable de hecho, porque “no está preparado”. Elena se siente desanimada, decepcionada, porque ella sí está lista para avanzar al siguiente nivel. Quiere que, más allá de novios, puedan compartir responsabilidades… “¿cuánto tiempo tendré que esperar?”.
La clave radica en la comunicación y en entender las expectativas de cada uno. La madurez emocional juega un papel crucial.
Lo anterior es una historia de ficción, pero puede estar ocurriéndole a muchas personas en este momento. El compromiso en una relación amorosa es un tema que genera diversas reacciones que puede ser una fuente de miedo e incertidumbre.
Hay quienes dicen que seis meses son suficientes para saber si se está listo o lista para “meterse a vivir juntos” o casarse. Estuve reflexionando sobre esa visión con Rosalba Antón, una amiga docente. Me dijo que no existe un tiempo definido para dar el siguiente paso en una relación ni para enamorarse, agregando que “todo depende de la conexión entre las personas, la comunicación y sus personalidades”.
Aunque, repito, algunas personas dicen que es necesario establecer un límite, porque si no, puede caerse en un ciclo interminable de espera y seguir llenándose de expectativas, hasta llegar a ese punto en el que se siente "que se perdió el tiempo".
¿Por qué el miedo?
Para muchos o muchas, el matrimonio o la unión estable de hecho, simboliza un voto profundo con la persona con la que comparten una relación amorosa. Este temor puede deberse a experiencias pasadas, inseguridades personales o simplemente en la idea de perder la libertad individual.
Según especialistas, las personas que tienen este tipo de miedo, suelen sentir ansiedad al hablar del siguiente nivel; suelen ser personas con dificultades para tomar decisiones; y evaden las relaciones largas.
La convivencia, como señala Rosalba, es un paso difícil que requiere madurez y un cambio en la forma de pensar; “ya no se trata sólo de uno o una misma, sino de construir una vida en conjunto”.
Ese proceso implica un nivel de responsabilidades que no siempre se quiere asumir. Prefieren relaciones sin compromisos formales y encuentran satisfacción en esa libertad. Sin embargo, ¿hasta dónde no es bueno no asumir?
¿Qué hacer?
En muchos casos, el hecho de no querer asumir el compromiso, no significa que la persona no ame a su pareja. Pero, quien anhela una conexión más profunda y estable, puede sentir que no son valorados y respetados sus sentimientos.
La clave radica en la comunicación y en entender las expectativas de cada uno. La madurez emocional juega un papel crucial. Es importante conversar y dejar todo claro desde un principio, a fin de no generar falsas esperanzas en el otro u otra. Aceptar las diferencias es clave en la pareja.
Si se quiere pasar un rato chévere, dígalo sin rollo. Si ambas personas aceptan esa condición, nadie sentirá que su tiempo se le fue esperando el "sí, acepto". En definitiva, el miedo al compromiso puede ser un obstáculo en las relaciones, pero también puede ser superado a través de la construcción de una conexión sólida basada en la confianza y el respeto.
POR SARAH ESPINOZA • @sarah.spnz
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta