13/03/25. Durante los primeros minutos de su actuación, el color negro predominó el escenario. Ese matiz oscuro representó el dolor y las profundidades a las que cae una mujer cuando es víctima de violencia basada en género. La canción y la vibración cambiaron cuando otro joven le colocó una falda y alas de colores, lo que simbolizó la vida tras liberarse de las sombras que la rodearon.
Aprender, practicar o apreciar el arte en sus diversas expresiones, salva, y permite a las personas drenar todo lo que han guardado... Pero también se comunica, se concientiza y se educa sobre los tipos de violencias.
Sobrevivió y “gracias al circo” salió adelante, dijo Ana Paula Rodríguez, protagonista de la puesta en escena, que el viernes siete de marzo, dejó al público conmocionado.
Como parte de las actividades que se realizaron en Caracas en conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, mujeres artistas se reunieron en la plaza de la Juventud para, a través de su arte, concientizar sobre las violencias machistas a los asistentes, entre esos, niños, niñas y jóvenes.

Ana Paula, quien es vocera de la Red Nacional de Arte Circense, expresó que las manifestaciones artísticas son capaces de liberar a quienes pasan por procesos dolorosos como abuso sexual o maltrato. “La sociedad nos enseña a reprimir el llanto”, expuso la también actriz, agregando que mediante las artes donde se maneja la expresión corporal “podemos sanar y salvar”.
Transversalizar las artes
Aprender, practicar o apreciar el arte en sus diversas expresiones, salva, y permite a las personas drenar todo lo que han guardado y puede generarles molestias, incluso, a su salud. Pero, también se comunica, se concientiza y se educa sobre los tipos de violencias.
Cristian Anzola forma parte de la organización Micelias, para ella, con las artes se puede “ayudar a mujeres que no son conscientes de que están siendo víctimas de la violencia machista, las podemos hacer aterrizar, tocar un cable de tierra y para que entiendan que lo que están viviendo no es un acto de amor, es un acto de violencia y que tienen la posibilidad de salir de allí”.

Además, es necesario transversalizar las artes en varios espacios, enfocándola en las perspectivas de género con la finalidad de “sensibilizar o visibilizar todos los actos violentos que están normalizados a través de una danza, una obra de teatro, una canción, la poesía, a través del circo”, argumentó Cristian.
Su propuesta es que tanto el Ministerio del Poder Popular para la Cultura como otras instituciones del Estado, generen políticas públicas para alertar a los niños y las niñas sobre los tipos de violencias, a través de “herramientas pedagógicas dirigidas a sujetos por población etaria”.
Hacer humana la humanidad
Entretanto, para mujeres que se dedican a una manifestación artística como la poesía, les resulta útil comunicar, mediante la lúdica de las metáforas, las rimas, el verso poético, sus experiencias.

Gardenia Perger, poeta venezolana y cantautora de raíces gitanas, se considera, además, alicista. Cuando conversé con ella, subrayó que su poesía está escrita para hacer conciencia sobre lo que viven muchos de nuestros congéneres producto de la violencia machista, pero, especialmente, “para hacer más humana a la humanidad, como decía Alí Primera”.
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“La idea no es una guerra entre los sexos; la idea es aceptarnos. Somos seres humanos y nos falta humanidad y la idea es rescatar la humanidad”, esta frase de Gardenia se convierte en el cierre de esta reflexión, porque el arte está hecho para hacernos más humanos, más sensibles, más conscientes sobre muchos fenómenos sociales.
Siento que es obligatorio, para quienes ejercemos un arte y entendemos la violencia basada en género como un mal que impide que haya paz, abordarlo desde la creatividad y el amor para concientizar.
Como dijo Ana Paula, para quien las artes circenses es su herramienta para “relacionarnos a hombres y mujeres a través de la risa”.

POR SARAH ESPINOZA • @sarah.spnz
FOTOGRAFÍAS NATHAN RAMÍREZ • @nathanfoto_art