05/06/25. Regresamos del cine, la sala vacía, excepto por una pareja de adultos mayores, y nosotros, he insistido en que me acompañen un par de sobrinos adolescentes, lo considero necesario, que conozcan parte de una historia que sigue desconocida: las historias sagradas de nuestros ancestros.

... gracias a nuestros hermanos pemón, a todas y todos los que hicieron posible que la abuela Kueka regresara, a quienes participaron y produjeron el documental y por supuesto, a quienes lo han visto ya y han captado el mensaje…

Hay quien cree, como el… no tengo palabras para describir ni mucho menos deseo nombrar a quien, bajo complicidad de autoridades oficiales, el año 1998, robó a la propia abuela Kueka, ancestralidad del pueblo tanto pemón taurepán como makuxi. Y aunque seres nefastos como este extranjero hombre blanco europeo, sólo vio una piedra que “pulió”, y se la llevó irónicamente a su proyecto de “un parque por la paz” en Berlín, Alemania, lo que realmente nos dicen estos hermanos indígenas de la Gran Sabana, territorio ancestral por cierto, que vengo conociendo desde hace más de un cuarto de siglo de la mano de las propias comunidades que allí hacen vida, en esfuerzo permanente por la defensa de su territorio y sus inherentes autodeterminaciones, para estos hermanos, la abuela fue literalmente despojada de su vestido, de sus zarcillos, sus collares… le han quitado su piel, dicen entre lágrimas, pero con la esperanza de que vuelva al lado de su compañero, el abuelo Kueka... y lo logran.

Esta película, realmente un documental, que merece ser proyectado en todos los centros educativos del país, incluyendo, claro está, universidades, es la historia de esa defensa, de la repatriación de la abuela Kueka a su lugar de origen, y toda la significancia que da soporte al universo espiritual-moral del mundo pemón, y propiamente en términos de nosotros los criollos, de la ecología de nuestra tierra, pues como ellos mismos lo dicen: no se trata de una piedra del pueblo pemón, sino de todos los pueblos.

No quisiera seguir dando detalles de este esfuerzo de documentar el periplo de robo y retorno de la abuela Kueka, prefiero más bien, insisto, en que sea visto, estudiado, analizado por todos, sobre todo por el criollo que no siempre está dispuesto a reconocer los derechos de nuestros pueblos indígenas, porque se siguen violando los derechos de estos.

Conocí a la realizadora de este documental, María de los Ángeles Peña, en el mismo territorio ancestral pemón taurepán, hace poco más de veinte años, conozco parte de su amor-preocupación por este pueblo, sé del esfuerzo titánico que es realizar este tipo de trabajo, y además conozco de las constantes luchas que llevan a cabo los pueblos indígenas de nuestro país por seguir siendo quienes son. Algunos, lamentablemente, han tenido que migrar, bien a las capitales, bien a otros países, y más allá de estas fronteras tan culturales como propiamente geopolíticas, no pocos siguen reivindicando el valor de sus identidades culturales.

Narrar una historia es saber transmitirla, comprender su valor, y en el caso de los pueblos indígenas, reconocerla como patrimonio inmaterial, insoslayable, de nuestra propia constitución como seres humanos. Pienso que este ha sido el esfuerzo que ha querido mostrar María de los Ángeles, concediéndoles la oportunidad para que estos hermanos indígenas se expresen y nos expliquen con detalle el valor de la abuela Kueka para toda la humanidad.

Nos levantamos de las butacas y me acerco a la pareja, disculpen, ¿qué los motivó a ver la película?, me contesta el abuelo: se habló mucho en prensa sobre esto, nos pareció muy importante porque se trata de nuestra identidad, de lo que somos… lo que luchó esta gente para traer a su abuela de regreso… ahora tenemos el deber de contarle esto a nuestros nietos aunque estén fuera del país…

Queda mucho por decir y hacer, pero pasos así, los celebro y agradezco, doy gracias a nuestros hermanos pemón, a todas y todos los que hicieron posible que la abuela Kueka regresara, a quienes participaron y produjeron el documental y por supuesto, a quienes lo han visto ya y han captado el mensaje… muchas gracias, ¡seguimos!

POR BENJAMÍN EDUARDO MARTÍNEZ HERNÁNDEZ • @pasajero_2

ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta