25/09/25. La primera vez que vi un tráiler de esta película, fue en un canal de Facebook. Las imágenes características del género de horror corporal, atrajeron mi atención. Una joven rubia se tragaba un huevo de solitaria para bajar de peso. “Qué asqueroso”, pensé. Aún recuerdo ese cuadro por cuadro, donde vomita grandes cantidades de gusanos y me produce náuseas.
Cada detalle doloroso y sangriento en este largometraje, es una metáfora de un universo en el que las mujeres somos configuradas desde pequeñas, para responder a los patrones de belleza dictados por quienes la consumen.
Y sí, La hermanastra fea (título original: The Ugly Stepsister) es una película noruega de 2025 dirigida por Emilie Blichfeldt que se presenta como una retorcida y oscura reinvención del clásico cuento de Cenicienta.
No es la típica historia de fantasía que endulza Disney. Por lo tanto, no es para que la vean los niños y las niñas. En este caso, Blichfeldt adapta el filme a las perturbadoras raíces del cuento de los hermanos Grimm, ofreciendo una crítica sobre la belleza, la ambición y la presión social en un mundo donde la apariencia vale más que, incluso, la vida misma.
La cinta no se centra en la dulce y huérfana Cenicienta, que en esta película no tiene nada de dulce. Esta vez, protagoniza Elvira, la "hermanastra fea". Al principio, observamos a un personaje que conserva la inocencia y los sueños de una niña que es subyugada por las tradiciones de un sistema que impulsa a las mujeres a ser mejores versiones que otras. Sembrando en ellas la competencia, la vanidad y el egoísmo, y haciéndoles creer que son características inherentes al género, que les permitirán tener al “príncipe azul”, lo cual, según ese sistema, es el éxito.
El papel de Elvira ha sido tradicionalmente relegado al de una villana. En esta versión, es el personaje principal que presentan como una joven que no cumple con los estereotipos de belleza. Está obsesionada con complacer a su madre y competir con su hermosa hermanastra, Agnes (Cenicienta), para conseguir la atención del príncipe.
Lo que comienza como una carrera por un título noble y una vida de lujo, se transforma en un descenso a la locura y a la autodestrucción. Elvira atenta contra sí misma, cada vez que recurre a más extremas, grotescas y autolesivas intervenciones “quirúrgicas”. La película ilustra su angustia física y psicológica, hasta lograr ser vista como una mujer que encaja en los patrones promovidos por las altas esferas de la moda y la estética de la época en la que se contextualiza el filme.
Antes de las intervenciones, Elvira se percibía como un monstruo que merece el rechazo del príncipe y de la sociedad. Después de pasar por el dolor y la repulsión que le genera la construcción de una belleza complaciente, es amada y valorada. Entonces, ella se convierte en una mujer incapaz de detenerse a pensar en su vida, egoísta, ambiciosa, que busca superar a Agnes y conquistar al príncipe.
Cada detalle doloroso y sangriento en este largometraje, es una metáfora de un universo en el que las mujeres somos configuradas desde pequeñas, para responder a los patrones de belleza dictados por quienes la consumen. La sangre, los gusanos y las automutilaciones se convierten en metáforas visuales de lo tóxica que puede ser una sociedad que manipula mediante el rechazo.
En fin, La hermanastra fea me dio terror, me dio náuseas, me dio reflexión, me dio crítica contra el sistema patriarcal.
POR SARAH ESPINOZA MÁRQUEZ • @sarah.spnz
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta