13/06/25. No había otro lugar, no podía existir, al menos eso parecía cuando nos dimos cuenta de las pocas aceras que van quedando libres a todo lo largo de la avenida Intercomunal. El Materno Infantil, promesa de gobiernos anteriores, finalmente quedó establecido por Chávez y abajo, a un lado de la farmacia de precios más asequibles que la franquicia ubicada al frente, ahí mismo, rodeada por innumerables motos, con par de banderines, se encuentra Valle Café.

Vale la pena probar y reconocer la calidad tanto de los platos que ofrece Valle Café, como el espacio en sí que hasta por un café vale la pena volver.

Allí acudimos, “no parece que estuviera aquí, que fuera de esta zona”, “no tiene nada que envidiarle a locales del este”, “te apuesto que ni allá hay un sitio así”… Entramos, vemos los precios, no queremos algo común, seguimos viendo, ajá, esta parece ser una buena opción, ¿esta parrilla es para cuántas personas?, para dos está bien, somos cuatro, bueno…

Nos atiende Cristina, pregunto su nombre y rápidamente me contesta, veo su rostro, agradable, ¿tú eres andina?, no, soy de aquí, pareces andina… no, soy de aquí… ¿algo de tomar?, una colita, aunque no soy muy amigo de las gaseosas, papá no las puede evitar, esta en particular… bien, de litro y medio, sí, por favor…

Y es que, dado el costo de la parrilla, dieciséis verdes, nos queda poco como para pedir batidos, jugos naturales… ¿Hasta cuándo los jugos naturales serán siempre más caros que una gaseosa?

Seguidamente Cristina nos trae cuatro vasos con hielo, la bebida, los cubiertos envueltos en servilleta, ¿algo más?, la atención es inigualable, quisiera pasar la tarde hablando de lo agradable de este nuevo local que, si mi memoria no me falla –transito por allí muy a menudo-, fue un impulso para la repotenciación de la panadería del frente, de una pollera, de la consecuente proliferación de locales de comida rápida, a pesar de que, por motivos de pandemia algunos restaurantes como el chino, se convirtieron en abastos…

Debo confesar que la primera vez que vi Valle Café, mi impulso fue bajarme a curiosear, pero no, debí seguir a trabajar, así que cuando tuve chance, me fui a visitarlo, a ver qué ofrecían, y realmente me gustó el ambiente, la atención, la música, la pantalla grande… además, hacen delivery…

Ayer lo visitamos, fuimos cuatro, he dicho, pedimos la “parrilla grande” (carne, pollo, chorizo, ensalada mixta, papas fritas), Cristina nos puso tres tipos de salsa sobre la mesa… ¡y a comer!, papá nos dio sus interminables clases de historia, también hablamos de los gatos que tenemos en casa, y en la manera en que entraba el sol al local… Nathael tomó varias fotos, en una de ellas le pedimos a Cristina que nos acompañara, por cierto, la presencia impecable del personal, con su uniforme, exalta aún más la belleza de este maravilloso espacio que se debía nuestra parroquia El Valle.

¿Quedaron bien? ¿Les gustó?, preguntó a mis acompañantes, sí vale, muy bueno, fue la respuesta… Así, que para picar y compartir a media tarde, como fue nuestro caso, esta parrilla sí que valió la pena… La segunda pregunta nos las hizo Ana, y mi respuesta fue igual de inmediata, además le indiqué que me gustó mucho que las papitas las hayan colocado a un lado y no debajo del pollo y la carne, porque he tenido experiencias donde te engañan, piensas que todo será pollo y carnes, pero luego que quitas algunas de estas piezas, ves un cerro de papas… y se acabó la parrilla, muchas gracias por ese detalle, por además presentar una visual muy atractiva, donde por cierto, resaltaron el infaltable aguacate, la lechuga y las rodajas de tomate.

Si usted posee un presupuesto limitado y van en grupo, sin duda, las parrillas son una buena opción, ofrecen cinco tipos: Pequeña, Grande, ParriBomba (la más grande y por tanto más cara), y las nuevas modalidades que van marcando tendencia “al barril” (en sus versiones parrilla y parrilla grande).

Si lo que quiere es resolver rápido, tienen hamburguesas, shawarman, cachapas que no difieren mucho en cuanto al precio promedio de otros lugares, y como no probamos, no puedo hablar de sus sabores… seguramente son tan buenos como la parrilla que comimos, además, hasta ceviche ofrecen y los sábados y domingos, sopita criolla.

Por cierto, hay también una gran variedad de postres… que en otra oportunidad degustaremos.

¿Cómo llegar? Fácil, si vienes en metro, te bajas en la estación Los Jardines y caminas hacia los bomberos, hacia ese extraordinario parque cultural que es Tiuna El Fuerte, si vienes en camionetica desde el centro de Caracas, te bajas ahí mismo, en el Materno Infantil, insisto, no tiene pérdida…

Vale la pena probar y reconocer la calidad tanto de los platos que ofrece Valle Café, como el espacio en sí que hasta por un café vale la pena volver. Nuestras más sinceras palabras de agradecimiento para Ana y Cristina, y a todo el personal que nos atendió.

Ah, ya se me olvidaba, el local posee dos espacios: uno exterior con sombrillitas, y uno interior, ambos bastante agradables.

Y por supuesto, si desean contactar, aquí les dejo la dirección: @ValleCafe24.

POR BENJAMÍN EDUARDO MARTÍNEZ  HERNÁNDEZ• @pasajero_2

FOTOGRAFÍAS NATHAEL RAMÍREZ • @naragu.foto