15/08/25. Nos acercamos a La Hoyada, específicamente, a la plaza Francisco Narváez, que ha estado en la palestra periodística estas las últimas semanas. La Alcaldía del municipio Libertador, en Caracas, desalojó doscientos puestos del comercio informal, dejando esas áreas libres para el uso de los caraqueños y las caraqueñas.
Hay gente que opina a favor de las medidas y agradece que se le garantizan sus derechos sobre una ciudad organizada, limpia, segura, pero, la otra parte, reclama una respuesta: “somos madres y padres de familia”.
Transeúntes, peatones, caminantes. Ahora, cualquiera puede transitar por la plaza sin tener que evitar pisarle la mercancía a un trabajador o trabajador de la economía popular, o tropezarse con otras personas mientras intenta llegar a su destino.
Para constatar la situación, Épale CCS se llegó a La Hoyada… Así que, me encontraba esperando a la fotógrafa que me acompañaría en la travesía, cuando escuché a dos mujeres adultas mayores hablar sobre las acciones de la reelecta alcaldesa en La Hoyada: “Carmen Meléndez no es buena ni mala, es justa”. Aclaró una de las interlocutoras, mientras la otra asentía. “Ellos van a ser reubicados”, les escuché decir.
En ese espacio, que antes estaba ocupado por buhoneros, no quedaba lugar para los peatones que usan el Metro de Caracas, las paradas de autobuses o que simplemente transitan por allí para llegar a sus trabajos.

“¡Es un derecho!”
Dulce María Chaparro se encontraba conversando con una amiga, sentadas en una de las bancas ubicadas en la plaza Francisco Narváez, debajo de un árbol de copa ancha. Semanas antes, la joven no podía utilizar el espacio para descansar o para encontrarse con sus amistades como lo hacía en ese momento, porque incluso los asientos eran utilizados como mostradores de mercancías.
Ella es usuaria del transporte público cuya parada se encuentra en la zona, y pasa todos los días por esa plaza. “Estoy bastante satisfecha”, me reveló alegando que ahora pueden preciarse los alrededores, especialmente, dos esculturas que se encuentran cerca de la salida/entrada a la estación La Hoyada del Metro de Caracas. La entrevistada agregó que, anteriormente, había mucha inseguridad. La multitud favorecía la delincuencia.
Para Dulce María se reivindicó el procedimiento, se ajusta a la petición de los caraqueños y las caraqueñas sobre sus espacios públicos. “Como ciudadanos tenemos derecho de apreciar y disfrutar lugares… bien sea aquí, bien sea arriba, o en otros espacios de Caracas”.

¿Qué dice la Ordenanza?
La Ordenanza de Convivencia Ciudadana para el Civismo y la Justicia de Paz Comunal del municipio Libertador, en su artículo 10, sobre Principios y Valores de la Paz Comunal, hace referencia a la defensa del derecho a la ciudad.
En el artículo 39 de la misma normativa, que aborda lo referente a las Zonas Especiales Protegidas, dice: “Se entiende por Zonas Especiales Protegidas al espacio territorial estratégico público o privado de jurisdicción municipal, utilizado con el propósito de implementar instrumentos, disposiciones técnicas y normativas para determinar la organización espacial de uso y ocupación, a los fines de proteger el patrimonio urbanístico, el ornato, la cultura, la seguridad ciudadana, el ambiente y la propiedad, garantizando el derecho a un hábitat seguro, el derecho a la ciudad. a la recreación ya la salud”.
Sigue con el artículo 40 que plantea lo relacionado con las infracciones. Allí se definen en dos numerales las gravísimas y las multas. Ambas acarrean sanciones con multas en bolívares que van de treinta a cincuenta “veces el tipo de cambio oficial de la moneda de mayor valor fijado por el Banco Central de Venezuela”, o la realización de uno o dos de los trabajos comunitarios establecidos en la presente Ordenanza, por un lapso de veinte o treinta horas.

“Que no sean pañitos de agua tibia”
No es primera vez que ocurre la “liberación” de estos espacios. Por esa razón, el señor José Peña, que también mostró muy buena la acción de la alcaldía, sin embargo, manifestó que “sería mejor si perdura y que no se convertirá en un pañito de agua tibia”.
"Ahorita los sacaron. Después de dos o tres meses vuelven, porque se ha visto en oportunidades anteriores", expresó el hombre adulto mayor que es usuario frecuente del Metro de Caracas y transita mucho esa zona de la plaza Francisco Narváez. El señor dijo que esa situación se resuelve “con mano dura… cumpliendo a cabalidad los reglamentos urbanos”.
Deben ser reubicados
Tanto Dulce como el señor José Peña mostraron preocupación por quienes trabajaban en el área: “deben ser reubicados”, me contaron con determinación.
“Hay que ubicarles un espacio donde puedan trabajar, porque ciertamente ellos lo hacen para tener un ingreso… Se entiende que ellos necesitan de alguna manera sobrevivir, pero es mejor que les reubiquen y que estos espacios abiertos al público se respeten…”, explicó Dulce.

Mientras que el señor Peña fue más enfático al decir que deben reubicarlos “pero, a lo mejor, les gusta estar en la calle porque tienen más vistosidad”.
Personas curiosas se nos acercaron y nos dijeron que no les habían dicho nada sobre una posible reubicación. Otros se presentaron como trabajadores de la economía popular y que se organizaban para mantener las áreas limpias, entre esas, las canchas de usos múltiples de la plaza Francisco Narváez, recientemente embellecidas por el gobierno local.
Las aguas no han bajado. Hay gente que opina a favor de las medidas y agradece que se le garantizan sus derechos sobre una ciudad organizada, limpia, segura, pero, la otra parte, reclama una respuesta: “somos madres y padres de familia”.

POR SARAH ESPINOZA MÁRQUEZ • @sarah.spnz
FOTOGRAFÍAS JESSIKA SELGRAD• @shot_jesselgrad