13/11/25.- De verdad, que Ernesto Lecuona podría dar para varios libros, sumables a sus diversas biografías, pero definitivamente esa no es la intención, aunque esta cuarta y última entrega, podrían sugerir lo contrario, sobre todo que hemos venido hablando de un genio musical como pianista y compositor de grandes y múltiples obras, incluidas sus incursiones en el cine, desde que musicalizaba películas mudas. Lecuona se dedicó también al cine, componiendo un total de una diez bandas sonoras para estudios cinematográficos de Hollywood, España y Latinoamérica. En 1942 fue nominado para un Premio de la Academia por la música de la película Always in my heart, una producción de la Warner Brothers, y aunque no lo ganó, la sola nominación bastó para aumentar su prestigio. Otra banda sonora para Hollywood fue la de All This and Glamour Too (1938), en la que se interpretaron los temas Siboney y When You're in Love. Para la película Bajo los cielos cubanos creó los temas Free Soul (1931), Susana Lenox (1931), Pearl Harbor (se desconoce el año de composición) y The Cross and the Sword (también de fecha desconocida). Películas realizadas fuera de los Estados Unidos para las que el compositor hizo la banda sonora son María de La O (México), Adiós Buenos Aries (Argentina) y La Última (Cuba).
Este gran maestro era tan inmenso que escribió música para todo el pueblo...
El cierre será entonces, un planteamiento de Lino Betancourt Molina, periodista, musicógrafo y locutor de radio, conductor de la serie audiovisual Contar la trova, en la cual Lino teje entre anécdotas e información histórica y musicográfica un entramado académico asequible para públicos de estudiantes de música e investigadores. Sin embargo, no es en Contar la trova, sino en Cubarte, en el artículo Lecuona y la trova, donde nos reporta que: “Pudiera pensarse que el maestro Ernesto Lecuona nada más que compuso obras para ser interpretadas por grandes cantantes presentándose en obras teatrales de 'alto vuelo'. Sin embargo, si revisamos los ciclos de canciones compuestos por Lecuona, tomando temas de poetas muy conocidos por él, llegaremos a la conclusión de que nuestro Héroe Nacional José Martí tiene ocho poemas que fueron musicalizados por el reconocido compositor, lo que demuestra su gran cubanía y amor a la patria”.
Otra obra de Lecuona con versos de Martí, interpretada por trovadores, es la titulada Una rosa blanca, que según el musicólogo Jesús Gómez Cairo, otro de sus biógrafos: “Evoca el canto campesino de la isla convirtiendo el verso subjetivo del poeta en expresión colectiva de su pueblo”. También es válida esta descripción para los títulos Un ramo de flores y De cara al sol.
De flores también, El Pregón de las flores es cantado en algunas ocasiones por dúos y solistas de la trova, sobre todo en Santiago de Cuba; y hemos escuchado, aunque ya en lejanas fechas, el afro Allá en el batey cantado en la Sala Dolores por un trovador cuyo nombre lamentablemente no recuerdo, reseña Lino Betancourt.
En el listado poético musical encontramos las hermanas santiagueras Mercedes y Esperanza Ferrín con la criolla Aquella tarde, de gran belleza, así como otras canciones de Lecuona, que los trovadores las han hecho suyas. Incluye Lino, Tus ojos azules, un bolero criollo del poeta Mario Vitoria. Y agrega el cronista: “Recuerdo que una mañana, en la Casa de la Trova Pepe Sánchez, de Santiago de Cuba, la interpretaba magistralmente el dúo Melodías Cubanas y un amante de la trova y gran conocedor de esta manifestación de la cancionística cubana me preguntó extrañado ¿de quién es esta joya? Cuando le dije que era de Ernesto Lecuona se quedó muy emocionado, y me dijo: 'Este gran maestro era tan inmenso que escribió música para todo el pueblo'. Incluye también Noche azul, tan conocida por todos, tiene una exquisita versión realizada por el cuarteto Los Criollos, que se dedicaba casi enteramente a divulgar las obras de los trovadores cubanos".
Pero hay algo más. Se sabe que Lecuona recorrió gran parte de España. Cuando visitó la ciudad de Vigo quedó encantado con su belleza y en lugar de componer una de sus famosas danzas inspiradas en España lo que hizo fue componer una conga o una rumba titulada Para Vigo me voy, que muchos piensan —con alguna razón— que es de la autoría de un cubano que visitó esa región española. Últimamente el conocido dúo de las hermanas Maritza y Marilyn Domínguez, conocidas como Las Bayamesas, grabó esa conga acompañada por la Estudiantina Invasora que radica en Santiago de Cuba; y cuando la interpretó en un recital en la Sala Dolores, puso a bailar a todo el mundo, como bailarán en sus cocinas, las abuelas que escuchen el programa del sábado, dedicado a diferentes versiones de la rumba Para Vigo me voy.
Si de boleros hablamos, el clásico Siempre en mi corazón. Otro título importante de una obra de Lecuona llevada a la trova, es el bolero Se fue, que se canta todavía en algunas de las pocas actividades de la trova que se ofrecen y que, al final un dúo ya disuelto llamado Azul Talismán le imprimía un aire soneado.
Y Lino Betancourt va redondeando: “El nombre de Lecuona, cuando era mencionado en las peñas de la trova cubana —como, por ejemplo, en la famosa Peña de Sirique que animaba el gran anfitrión Enrique González Suazo “Sirique”—, era premiado por los asistentes con un sincero aplauso de admiración y respeto, sabedor de lo mucho que aportaba a la difusión de nuestra música. Y casi siempre algún trovador espontáneo, acompañado de la guitarra del maestro Rafael “Nené” Enrizo, acometía la difícil tarea de entonar una canción de Lecuona llevada a la trova; lo que significaba que Lecuona y otros grandes maestros de la música cubana como Gonzalo Roig, Rodrigo Prats, Jaime Prats, José Mauri y otros, también deben ser considerados como autores trovadorescos, aunque la música compuesta por ellos, salvo pocas excepciones, no sea divulgada convenientemente para que las actuales generaciones las conozcan y sepan que además de esas tremendas zarzuelas creadas, hay boleros y canciones llevadas a la trova como si fueran ideadas por aquellos primigenios juglares criollos que enriquecieron con su genialidad el riquísimo caudal de la música cubana”.
De manera tal, -resume Lino-, que Lecuona es un compositor de una obra tan inmensa que pudimos valorarlo —además de como autor de variados géneros de la música cubana— por los grandes aportes que realizó a la divulgación de nuestra trova; que no es precisamente un género, sino una forma de interpretación de todos los géneros que componen la riquísima gama de la expresión musical cubana.
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN JUSTO BLANCO • @justoblancorui