21/11/25. Uno de los mayores dilemas que se le presenta a un equipo que queda en superioridad numérica, por la expulsión de un jugador del once rival, es resolver el problema de conseguir espacios disponibles para atacar. Menos jugadores en la cancha, no significa automáticamente más posibilidades para pisar el arco rival.
...resulta una complicación hasta para los equipos de mayor jerarquía y calidad mundial, aprovechar la ventaja numérica y convertirla en goles.
Por el contrario, en el fútbol moderno, en el que correr, desdoblarse, apoyar y cubrir la mayor distancia posible en la transición defensiva es el alfa y omega de cualquier equipo, resulta una complicación hasta para los equipos de mayor jerarquía y calidad mundial, aprovechar la ventaja numérica y convertirla en goles.
En el partido contra Egipto, la selección sub-17 de Oswaldo Vizcarrondo debió lidiar con esta aparente situación favorable de que al cuadro africano le expulsaran a Mohamend Hamad por una violenta entrada sancionada con la tarjeta roja, tras revisar el VAR. Pero la ventaja no fue tal, porque los egipcios hicieron lo que ocurre siempre en estas situaciones. Armaron una muralla defensiva, retrasaron al único delantero para formar una primera línea de contención de cuatro mediocampistas y colocaron otra pared de cinco zagueros en el fondo para negar líneas de pases y evitar los desbordes de dos contra uno por los costados.
A partir de esa expulsión se produjo la inevitable paradoja. Cuando el partido fue 11 contra 11, Venezuela generó la mayor cantidad de oportunidades y debió culminar el primer tiempo con una diferencia mayor al 1-0. En esos minutos 45 iniciales la combinación entre Marco Libra y Yerwin Sulbarán por la banda derecha desarticuló la defensa africana para que Diego Claut metiera un primer bombazo que salió ancho y otro que se estrelló en la base del poste derecho. El portero Omar Abdelaziz también le negó el segundo tanto al propio Sulbarán.
En cambio en el duelo de 11 contra 10, Egipto realizó un repliegue intenso y Venezuela careció de paciencia para mover la pelota de un lado a otro hasta encontrar una fisura. Tampoco logró una rendija para meter un latigazo de media distancia y todas las segundas pelotas productos de rebotes en el área fueron despejadas por los africanos. Faltó, además, tranquilidad, cabeza fría, para dar el último pase al compañero mejor ubicado para rematar en el área. Sin embargo, no hay nada que reprochar al equipo de Vizcarrondo, porque resolvió la clasificación ante Haití y está a las puertas de avanzar a octavos de final si vence a la veloz Corea del Norte.
Para este nuevo desafío, hará falta más control del balón en la mitad del campo, por medio de Herry Díaz, un todocampista que toca, distribuye y hace jugar al equipo; y calma para mover la pelota de lado a lado, ante una defensa que seguramente se replegará en bloque bajo y tratará de sorprender a Venezuela con sus fulgurantes contragolpes.
POR GERARDO BLANCO • gerarblanco65@gmail.com
ILUSTRACIÓN JUSTO BLANCO • @justoblancoru