24/11/25. “Las rodas de samba comienzan así: palma da mão, palma da mão”, dice el cantante y, a la vez, hace la invitación a cantar. El público está distribuido alrededor de los músicos y los acompañan en las palmadas. De esta manera empezó esa presentación, al toque de caravaquinho, pandeiros y otros instrumentos de cuerda y percusión menor. Es la llamada roda de samba, que se vienen desarrollando en varios puntos de la capital y otras ciudades.
Acá Brasil toca varios tipos de sambas y música popular brasileña en general, como forró, pagode, choro, axé, entre otros. De eso se trata precisamente la roda de samba, de mostrar parte de la riqueza sonora que tiene Brasil.
Acá Brasil fue el grupo que ofreció el concierto y es el que más está difundiendo la roda de samba. “Es un lugar donde se puede festejar de una manera específica, por decir, pero la roda es donde se agrupa un montón de gente, en este caso, circular, y se propicia esta música brasileña, en donde la gente de forma alegre danza, canta lo que se sepa y toca lo que pueda traer”, señaló Salvador José, un joven que ha participado en estas actividades.
Ese día, la roda se efectuó en la plaza cubierta del Rectorado de la Universidad Central de Venezuela, a cargo de la mencionada agrupación, liderada por el músico y docente Pedro Isea. “Lá no avarandado / Na luz do meio dia / Um segredo nos teus olhos / Tanta coisa me dizia / O cabelo solto ao vento”, es la canción Flor de maracujá, de los compositores Joao Donato y Lysias Enio. En esa oportunidad se escuchó en la voz de la cantante Valentina Becerra, quien también es una invitada frecuente en estas rodas.
Acá Brasil toca varios tipos de sambas y música popular brasileña en general, como forró, pagode, choro, axé, entre otros. De eso se trata precisamente la roda de samba, de mostrar parte de la riqueza sonora que tiene Brasil.
Una roda en crecimiento
Antes de Acá Brasil, el grupo Pimenteira -de Carlos Rojas Zoccolo- había organizado igualmente rodas de samba en las que el mismo Pedro Isea llegó a participar. Esas actividades calaron en el gusto de varios músicos y asistentes.
Esto ocurrió a principios de los años dos mil. En ese momento, eran conocidos como ensayos abiertos y no los llamaban rodas. Posteriormente, a raíz de los talleres de percusión brasileña impartidos por el mismo Isea, esta práctica cultural se fue consolidando.
“Las rodas de música se dan en todos lados. Es la reunión de músicos para dar un concierto, con un repertorio armado. A diferencia del ‘vente tú’ venezolano, la roda se abre al público, porque está concebida de esa manera”, aclaró Isea acerca del concepto de la roda de samba. La reunión de músicos, como expresó Isea, es algo que se observa en todas partes. En Cuba, por ejemplo, existe el conocido “guateque”, donde tocan en la calle y espacios públicos, y así en el resto de los países.
No obstante, la roda es una convocatoria orientada principalmente a los asistentes, y su propósito va más allá de sólo descargar. En Brasil, esta expresión cultural es común, y en Venezuela se está promoviendo gracias al amor y a la constancia de estos músicos en querer enseñar un pedacito del alma musical del país vecino.
Entre las características de la roda se encuentran: su forma en círculo, los músicos están rodeados por el público que acompaña, el repertorio es una canción seguida de otra y la participación abierta, ya que se pueden incorporar músicos o cantantes de forma espontánea.
Ese día los músicos participantes fueron, además de Valentina Becerra y Pedro Isea, Daniel Pacheco, Paolo Collarino, Miguel Martínez y Diego Isea. Mientras que Andry Morilla fue invitado a tocar el cavaquinho.
Patricia Flores, una de las asistentes, compartió su impresión: “Para mí, una roda de samba es alegría, comunidad y disfrutar de un momento la música”.
POR MERCEDES SANZ • @mercedes.jazz
FOTOGRAFÍAS MILENI NODA • @milenisimaa