04/12/25. El pasado mes de noviembre en Caracas, se vivieron dos auténticas celebraciones del espíritu navideño venezolano. Dos conciertos a sala llena, protagonizados por el maestro Jesús Sevillano quien a sus 93 años, cautivó al público, especialmente a las personas mayores que revivieron con él la banda sonora de sus vidas. Ambos encuentros propiciaron el encuentro familiar y tradicional.
Los dos encuentros con Jesús Sevillano fueron un doble regalo de Navidad: la oportunidad de ver a una leyenda viva... y también la hermosa reafirmación de que el arte, el amor y la paz son los cimientos inamovibles de los venezolanos.
Filas kilométricas y la otra profesión del maestro
La verdadera magia y majestuosidad de estos eventos residió, por una parte, en la figura del maestro Jesús Sevillano y, por otra, en la experiencia colectiva antes de que se abrieran las salas. Un detalle bastante peculiar eran las filas kilométricas a las afueras del Centro de Acción Social por la Música (sede del Sistema de Orquestas) y la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño. No se trataba sólo de personas a punto de ver un espectáculo, sino un preludio social, un encuentro de generaciones y una muestra genuina de amor y admiración.
Nunca faltó la conversación espontánea entre los adultos mayores. La frase o la remembranza que conectaba directamente con el legado dual del maestro Sevillano, revelando que no es sólo un músico, sino un médico obstetra que ayudó a traer vidas al mundo: He aquí dos ejemplos: "Cuando mi papá nos llevaba de vacaciones por carretera sonaban en el carro tres casetes: Quinteto Contrapunto, Serenata Guayanesa y Jesús Sevillano", o "él atendió a mi mamá en el parto en la Maternidad Concepción Palacios".
Parrandas, aguinaldos y la tradición musical
Con estos conciertos, se marcó el inicio espiritual y musical de la Navidad en Caracas. El maestro Sevillano, con su voz que es memoria y patrimonio de la nación, interpretó un repertorio que es inconfundiblemente venezolano: aguinaldos, parrandas y canciones tradicionales que son inseparables de la temporada decembrina.
El efecto de su canto resonó de inmediato: la melodía de un aguinaldo o una parranda tradicional se sintió como un bálsamo que reafirmaba que somos un pueblo alegre que disfruta de sus tradiciones.
Los dos encuentros con Jesús Sevillano fueron un doble regalo de Navidad: la oportunidad de ver a una leyenda viva, quien a sus 93 años dejó claro que su impronta artística y la querencia están intactas en la mente y el corazón de las personas y también la hermosa reafirmación de que el arte, el amor y la paz son los cimientos inamovibles de los venezolanos.

POR KEYLA RAMÍREZ • @envejecer_siendo
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentint