12/12/25. Las páginas de nuestra historia fueron controladas durante años por quienes querían borrar la memoria de los pueblos originarios de nuestro país. Su propósito era que olvidáramos a los pueblos que se enfrentaron a los genocidas españoles, que llegaron para eliminar a civilizaciones milenarias y adueñarse de sus tierras y riquezas.
El legado de Urquía, Urimare y Apacuana, así como de otras lideresas de los pueblos originarios, es el puente por el que transitamos hoy para descubrirnos libres...
Ahora, que recuperamos esa parte de nuestra memoria histórica, reivindicamos a tres figuras femeninas que se alzaron como faros de valentía, liderazgo y resistencia: Urimare, Apacuana y Urquía.
Estas cacicas del siglo XVI no sólo fueron testigos de la lucha, sino protagonistas que desafiaron al poder colonial. Te invito a descubrir en estas líneas quiénes fueron y qué representan para nuestra historia.
Urimare: la más alta entre los altos
En los pueblos Mariche, nació Urimare quien, según varios portales especializados en la historia originaria, es considerada como la primera cacica de Venezuela. Descrita como una mujer hermosa y valiente, que heredó el don de guerrera de su padre, el Cacique Aramaipuro.
Por su capacidad de liderazgo, estuvo al frente de la primera gran rebelión indígena del oriente venezolano contra la invasión española. Manejaba el arco y la flecha con destreza, y se dice que practicaba en secreto.
El cacique Guaicamacuto al ver cómo se desenvolvía en el campo de batalla, como lideresa y guerrera, la renombró Urimare, que significa “la más alta entre los altos”.
La leyenda cuenta que, tras ser capturada y escapar, se internó en la Cueva del Guácharo, prometiendo proteger siempre a los guerreros Chaimas. Un resumen de su vida puede encontrarse en Urimare, Reina del Guácharo de Félix Medina Bracho y Ure-Mare de Domingo Rogelio León.
Apacuana: guardiana de los Valles del Tuy
Era piache de la tribu de los Quiriquires, etnia que formaba parte de los aguerridos caribes. Lideraba en lo que es hoy los Valles del Tuy, y se le conocía por ser intermediaria entre su pueblo y los dioses y espíritus.
Además, una maestra en el arte de las hierbas, una lideresa espiritual que, desde el amor por su tribu, curaba y aconsejaba a quien lo necesitara. Se sumaba a esa habilidad ancestral, su actitud como guerrera y defensora de los Quiriquires, por ello, no tuvo temor al encabezar la resistencia de su gente contra capitanes españoles como Sancho García, en la década de 1570.
Su legado cultural se manifiesta en su vida y lucha, que quedaron como huella en el poema dramático Apacuana y Cuaricurián del dramaturgo venezolano César Rengifo.
Uquira: Ojos de Águila
Uquira, Urquía o Uruca son los nombres con los que se le conoce; sin embargo, expertos afirman que Urquía es un apellido de origen vasco, que significa abedules. Por ello, resulta importante usar Uquira que es acorde con las características de la cultura indígena y significa “Ojos de Águila”.
Era una lideresa y guerrera de los pueblos caribes que encabezó la lucha y la resistencia en los valles de Los Teques y la Gran Caracas, junto a su esposo, el Gran Cacique Guaicaipuro. Uquira, madre del Cacique Baruta, era posiblemente oriunda de los indios Cumanagotos, grupo étnico situado en el oriente venezolano.
Una de las principales batallas que lideró junto a su esposo fue la de Maracapana. Después de la trágica muerte de Guaicaipuro, Urquía invistió a su hijo Baruta como el nuevo Gran jefe, exhortándolo a continuar la lucha.
Hay registros que sugieren su habilidad militar; debido a su dominio del uso de caballos, ayudó a formar una de las primeras caballerías indígenas, demostrando dotes de estratega.
Dentro de las figuras históricas que liberaron a nuestra patria, las mujeres indígenas enarbolaron las primeras banderas de resistencia para defender a los hijos y las hijas, a las tribus, pueblos que enfrentaron a los invasores.
El legado de Urquía, Urimare y Apacuana, así como de otras lideresas de los pueblos originarios, es el puente por el que transitamos hoy para descubrirnos libres, con una historia que nos hace.

POR SARAH ESPINOZA MÁRQUEZ • @sarah.spnz
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta