12/12/25. Ya hemos dicho que Eliseo Grenet fue influenciado por su hermano Emilio, quien musicalizó los versos Vito Manué y Tú no sabe inglé, de Nicolás Guillén, y Eliseo musicalizó Negro bembón y Sóngoro cosongo, entre otros poemas de Guillén, y Ernesto, el hermano menor compuso la canción de cuna Drume negrita, también poema de Guillén, erróneamente acreditada a su hermano Eliseo Grenet, otros a Leo Brouwer (quien hizo el arreglo para guitarra) y a otros extranjeros.
Los hermanos Grenet nacidos, Eliseo a finales del siglo XIX, sus dos hermanos en la primera década del siglo XX, fueron fundamentales en la historia y en el alma de la música cubana.
Los hermanos Grenet: Eliseo (1893-1950), Emilio (Neno) (1901-1941) y Ernesto (1908-1981), nacieron en La Habana, y los tres recibieron una excelente formación musical básica, que cada uno fue completando por diversos caminos según sus respectivos intereses.
Emilio fue autor de canciones como Sabia ausencia, del pregón La torrecilla y de los sones Curujey, Vito Manué, Yambambó, Quirino con sus tres, los cuatro últimos textos del poeta Nicolás Guillén. En 1939, publicó su libro Música popular cubana, en el que hace un panorama de la más significativa creación musical de esos años, precedido de un serio estudio sobre la música de la isla. Perdió un brazo y la pierna izquierda, en 1930, cuando se bañaba en la zona del malecón habanero y fue atacado por un tiburón. Luego viajó a Nueva York, Estados Unidos, para grabar con la orquesta de su hermano Eliseo Grenet. Fue además maestro de composición de Enrique González Mántici, y de armonía de Vicente González-Rubiera (Guyún).
Ernesto Grenet Sánchez, por su parte, fue baterista, compositor y director de agrupaciones, líder de la orquesta Tropicana, con la que graba números de su autoría, para la disquera Panart, como Ni me quieres ni te quiero.
Pero quien reúne la mejor información sobre los hermanos es Marta Valdés, compositora, guitarrista e intérprete cubana, que bastante escribió sobre músicos cubanos, como en sus tres entregas en El inmenso legado de los hermanos Grenet. Marta recalca que no se trata de tres pianistas intuitivos sino equipados con una excelente formación técnica puesta al servicio de cualquier manifestación en la cual decidieran incursionar. Siendo todavía un adolescente Eliseo se enfrentó al público desde su piano, asumiendo el papel de animador en la proyección de películas silenciosas; muy joven todavía, se hizo cargo de la dirección de la orquesta en un teatro; poco después, formó su propia banda de jazz, agrupación en la que, con frecuencia, asumiría el papel de director desde el piano al actuar en pequeños cabarets y en exclusivos salones de baile.
Marta Valdés dedica su tercera entrega a Ernesto, donde señala además que, más allá de su condición de pianista, todo parece indicar que Ernesto Grenet coincidió con sus dos hermanos en la inclinación a dirigir agrupaciones bailables, lo cual nos alerta acerca del natural sentido rítmico y la cubanía presentes en la vocación de alguien que se proponía despertar en los demás los deseos de bailar. Se destacó como baterista y así se le menciona una actuación bajo la dirección de su hermano Eliseo, en sus laboriosos años a comienzos de la década de los treinta del siglo pasado, cuando el compositor emigró a España en defensa propia, a raíz de haber sido amenazado por parte de la tiranía de Eduardo Machado, en su condición de autor del Lamento cubano. En sus crónicas desde París, fechadas por aquellos años, Alejo Carpentier se refiere al grupo que dirigió el trompetista y compositor Julio Cueva y destaca que, en él, figuraban dos de los hermanos Grenet: Eliseo al piano y Ernesto en la batería, todo un elenco que protagonizó el éxito de la música cubana en aquellas latitudes desde el pequeño cabaret que, por voluntad de su dueño y en honor al inmenso músico cuyo arte fue el verdadero eje en este acontecimiento, pasó a llamarse La Cueva y, así, entró en la historia. No sería descabellado pensar --por cierto-que la habitual denominación de "cuevas de jazz de París", acuñada para esta categoría de sitios, está marcada con la huella del cubano digno que, en aquellos momentos, no vaciló en abandonar el camino de tan estruendosa fama para integrarse a la lucha popular contra el fascismo en la guerra civil española.
Los hermanos Grenet nacidos, Eliseo a finales del siglo XIX, sus dos hermanos en la primera década del siglo XX, fueron fundamentales en la historia y en el alma de la música cubana.

POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN JUSTO BLANCO • @justoblancorui