23/02/2023. El domingo pasé una grata tarde en el foro Señor Bolero de la Galería LEA 2.0, renacer de una importante institución de mediados de los setenta, donde pasé los días más felices en mis frecuentes visitas a Barquisimeto, sobre todo en los tiempos del teatro cabaret Strip Tease bajo el frío de una noche tropical dirigida por Fran López, y la grabación del disco Improvisando con Jesús Soto y Rodrigo Riera que produje con Alvarito Montero.
La tenida arrancó con la bienvenida de Daniela Montero, heredera de lo que fue el Centro Cultural LEA, hoy devenido en la página LEA 2.0, quién finalizó con el poema de Álvaro Montero Te voy a regalar un bolero, continuando con poemas de Magda Sivira, viuda del poeta Orlando Pichardo, el director de teatro Francisco Gallardo entrevistado sobre Daniel Santos, por la también actriz Francia Ortiz e intervenciones de Cruz Mario Torrealba, Edgar Mejías, Toño Rivero, Aurita Urribarrí, entre otros participantes.
Yo me propuse hacer un recuento de intentos de definiciones del género, atreviéndome a balbucear las mías de: “El bolero es magia y pasión hechicera que enloquece a un hombre por una mujer y viceversa”. O hasta parafrasear a Discépolo, el bolero como el tango, es un poema que se baila “pegao”. Luego la de Leonardo Acosta en el prólogo del libro de Luis Antonio Bigott sobre el bolero cubano: “El Bolero es como un personaje de ficción, alrededor del cual se crea toda una trama y se inventa una biografía con visos de credibilidad”, aunque me guste más la de Iris María Zavala: “El bolero es un pensamiento erótico que se sueña a sí mismo”.
Y un sinfín más de otras recopiladas en mis libros, pero no cupieron como la de José Balza: “El bolero: canto de cuna y cama”, y las de García Márquez: “No hay situación sentimental, por complicada y diferente que ella sea, que no tenga su bolero prefabricado, propio para ser puesto como una camisa de fuerza en el corazón”, o cuando dijo: “Hablar de música sin hablar de los boleros es como hablar de nada”. Rematando su admiración por el género sentimental: “Cambio uno o dos libros, no todos, por una buena letra de un bolero”. Y su admiración final: “Poder sintetizar en las cinco o seis líneas de un bolero todo lo que el bolero encierra, es una verdadera proeza literaria”.
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ • 0424-2826098