23/03/2023. Quien sea menor de veinticinco años poco entenderá de este escrito. En esta oportunidad me pareció fino rememorar aquellos tiempos del inicio del Internet y el auge de las primeras “redes sociales”. Estas plataformas, que hoy en día ya forman parte del pasado,salieron de circulación hace años y son vistas como fantasmas, parte de la prehistoria del Internet. Carecían de reglas y de sentido de lo políticamente correcto, muy alejadas de la actual censura aplicada por el padre del Facebook, el señor Zuckerberg.
Cuando no había llegado el Internet a mi hogar, tendría yo doce años y como un sagaz tiburoncin acudía pagando Bs.1.500 la hora a los difuntos cybers, a jugar al abuelo Counter Strike y a socializar. Para aquel entonces la primera plataforma que se me viene a la mente es el Messenger; también recuerdo que salió Messenger Spaces, era como un baúl de los recuerdos, allí podias subir contenidos multimedia como fotos personales, imágenes emo y de muñequitos según tu gusto personal; fue un primer paso para imprimir toda tu personalidad y generar tu propia identidad en un mundo cibernetico, el inicio de la cyber presencia.
En Messenger habían todos unos códigos; estaba quien se descargaba la versión plus y hacía que su nombre tuviera mil colores, emoticones, y a usanza del momento, las muchachitas se hacían llamar en extravagantes mayúsculas y under score (_) LA_GATA_REINA_DEL_UNIVERSO, eso sin contar “komMo ezcriibian loOz emoOs”. Los zumbidos eran la manera aturdidora de llamar la atención, un sonido singular que ponía en primer plano la conversación de quien pretendía ignorarte; había modalidades para compartir la música que estabas escuchando, y era común conectarse una y otra vez para que tu crush, te viera.
Nunca olvidaré el auge de una página bien tóxica llamada "Colegios X", en ella los liceos capitalinos en un site bien precario, generaban foros por colegio y sección, y a todo estilo chismográfico, revelaban sin pudor, la lista de las más bonitas, promiscuas, los más guapos, gallos y el chismecito de los pasillos pasaba también a la virtualidad. De la tradición del comegateo roquero, "Oídos Sucios" página que atesoro en mi corazón. En dicha plataforma compartías fotos, gustos musicales y dejabas una rayita o escrito a las personas con quienes conectabas. Este portal en particular era mi favorito, y de él aún conservo amistades de casi veinte años de trato.
¿Cómo olvidar el Hi5? Había quien creía que este era una copia niche del difunto MySpace, ambos fueron muy importantes como ancestros de las actuales redes sociales y podías compartir mucho de ti, personalizar tu página y dejar comentarios a conocidos. Aún no existía la opción de que la red social fuera también un chat. “Sex si o no” fue otra página de flirteo en donde los filtros de edad no importaban, todas estas redes eran también peligrosas por los bajos estándares de seguridad; siendo menor de edad se era presa fácil de babosos y pervertidos con gustos por la pedofilia y el estupro.
Mirando hacia atrás, el Internet era bien salvaje y desmedido. En Netflix hay varios documentales sobre aquellas épocas en donde la web era algo tan nuevo que podía ser comparado con el lejano oeste, territorio sin ley; existen millones de ejemplos y casos en donde la máquina terminó siendo un peligro para la vida pública y personal de muchas personas, así como un arma contra la vida de las infancias y adolescencias.
Hoy en 2023 existen normas de seguridad para proteger a los usuarios, pero muchas compañías pagaron con cash los años de falta de restricción. El tiempo cambia a paso acelerado. ¿Quién se iba a imaginar que ahora el mundo se mueve en dos planos, el real y la virtualidad? Yo aún me resisto a grabar en TikToks y para lxs más jovencitxs tímidos o no, no existe otra manera de expresarse y comunicarse. Esperemos que estas empresas sigan haciendo esfuerzos para refrenar a las hábiles redes de captación y manipulación de menores, ¡bendita sea la virtualidad y la tecnología! que nos pone la información y la comunicación al alcance de la mano, necesaria es la supervisión de lxs más vulnerables quienes no pasan de la mayoría de edad. Ante tanta vulnerabilidad, varixs corrimos con suerte.
POR MARÍA ALEJANDRA MARTÍN • @maylaroja
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ