28/04/2023. La Independencia es la condición de dignidad que recupera un pueblo al que se le pretendió humillar. Nuestro proceso, ninguno de nosotros lo vivimos. Eso fue cosa de nuestros abuelos, sus padres y sus viejos, pero el siglo XX, fue el tiempo de la búsqueda de la libertad de otros pueblos. En especial, de las colonias francesas.
Por su libertad, el pueblo de Argelia luchó con coraje y fuerza. Para evitarla, Francia mordió con saña y puñal. En medio de todo aquello, una increíble historia de sororidad. Hablamos de la terrible cárcel que pagó Djamila Boupacha, acusada de haber puesto una bomba en una cafetería cercana a la Universidad de Argel, un incidente que no dejó heridos ni muertos. Para que confesase el crimen, fue torturada; quemada y violada, principalmente. Su caso, su extrema juventud, su cercanía cultural con Francia, conmovieron a dos amigas: Gisele Halimi, quien sería su abogada y Simone de Beauvoir, su agente de prensa y solidaridad.
El caso de Boupacha se hizo pronto un asunto mayor. Al tiempo que la Francia de la posguerra se mostraba urgida de modernizar el derecho, de humanizar el Estado, era despiadada con cualquier “súbdito de ultramar” que quisiera zafarse de su dominio. Una hipocresía mayor que poco a poco perdió el velo que significaba la distancia física y se hizo del conocimiento del gran público. En esta lucha, Djamila se volvió una imagen nítida.
Su defensa se centró en alegar que aquello que se declara bajo tortura no puede ser tenido por cierto y que, los verdaderos criminales, fueron quienes tanto daño le hicieron. No logrando esto en tribunales, la intervención de Halimi, le salvó la vida. La estrategia fue mostrar que ella existía y para ello contó hasta con la ayuda de Pablo Picasso.
Libre tras el fin de la guerra, gracias a los Acuerdos de Évian, Djamila se separa de la vida pública. En su país, ahora República, es una heroína. En Francia, un símbolo que grita que no todo es tan fraternal. El resto de su vida ha estado cerca de las mujeres, especialmente de las analfabetas, de las del campo, de las más excluidas.
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta