19/05/2023. Luego de nueve entregas sobre personalidades y grupos que ofrecen recomendaciones para comenzar a participar en carreras, creo que viene bien un resumen de esos consejos.
Ten en cuenta que en esta serie elegí los planes de entrenamiento dirigidos a personas que están comenzando a trotar o que han retomado la práctica luego de un período de sedentarismo. Esto significa que se trata de programas que tienen en común el ser muy suaves y prudentes.
Un primer elemento coincidente de todos los planes que te reseñé es la propuesta de que comiences realizando sesiones híbridas de trote y caminata. Es decir, que en lugar de lanzarte cada día a correr unos minutos o unos metros más (camino casi seguro a una lesión o a la pérdida total del interés), tengas paciencia y te dediques a realizar trotes muy suaves y breves, seguidos de tramos caminando.
Esto puede parecer excesivamente condescendiente contigo mismo, pero, según los que saben del tema, es la ruta para ir creando una base sólida de resistencia aeróbica sobre la cual trabajar luego.
Otro consejo reiterado es que trotes como máximo tres veces por semana, siempre en días no consecutivos, para darle oportunidad al cuerpo de restaurarse.
En general, los planes para principiantes que encontré son de ocho semanas y van incrementando la carga de trabajo de una manera muy progresiva. Casi todos recomiendan empezar pensando en una distancia corta como los cinco kilómetros. También dicen que no se debe ir a esas primeras competencias con metas de tiempo demasiado exigentes, pues lo importante es completar la distancia y mantener el ánimo en alto para proseguir hacia objetivos un poco más ambiciosos.
Quizá la mejor de todas las recomendaciones de este lote de planes de entrenamiento es que te diviertas en el proceso, que no te amargues la vida pensando en lo lento que eres y en lo lejos que estás de encontrarte en forma. Los entrenadores no lo dicen, pero te lo digo yo: si te vas a obsesionar con tu desempeño en carrera, más te valdría seguir trotando sin competir.
Pasos y zancadas
Una victoria de la amistad. Uno de los momentos cumbres del Maratón de Leeds (Inglaterra) no tuvo que ver con los ganadores de la carrera, sino con el inmenso gesto de Kevin Sinfield de pasar la meta con su amigo Rob Burrow cargado. Ambos son jugadores de rugby, pero Burrow padece esclerosis lateral amiotrófica, grave dolencia conocida por sus siglas ELA y también como “la enfermedad de Lou Gehrig”. Sinfield empujó la silla de ruedas de su amigo toda la ruta y al acercarse a la meta, lo llevó en brazos.
[Siguiente entrega: Comer para correr (I): Aperitivo]
POR CLODOVALDO HERNÁNDEZ • @clodoher
ILUSTRACIÓN JADE MACEDO • @jadegeas