01/06/23. Si algo conmueve del diplomado de periodismo científico es la disciplina de sus estudiantes. La periodista y profesora universitaria Luisana Colomine es un claro ejemplo. Discípula del más grande maestro de la especialidad en el país y uno de los de mayor envergadura del continente, Arístides Bastidas, es una alumna humilde y ejemplar según sus compañeros y profesores. Y es que la especialización que imparten conjuntamente el Ministerio de Ciencia y Tecnología (Mincyt) y la Fundación para la Comunicación Popular Ccs, a través de su escuela, merece la humildad del aprendiz en un área que conlleva una gran responsabilidad.
La comunicación científica amerita la mayor precisión. No solo eso, su alcance puede ser de vida o muerte y eso implica consideraciones éticas y técnicas que la vuelven casi hermética. Pero llegó la pandemia, y con ella el terror y los abismos del desconocimiento que obligaron a todos a ilustrarnos al menos un poquito frente a las oscuras embestidas del coronavirus.
“En Venezuela el periodismo científico se inició con Arístides Bastidas en El Nacional, Mara Comerlati, Eduardo Delpretti y otros que son obligada referencia. Pero después de la pandemia nos dimos cuenta de que la ciencia no era noticia y entonces llegó la infodemia (la otra pandemia) con su carga de información falsa. De modo que me parece que el diplomado es muy pertinente. Poner la ciencia en la agenda mediática, sus avances y cómo eso puede mejorar la calidad de vida del pueblo” destaca.
...nos dimos cuenta de que la ciencia no era noticia y entonces llegó la infodemia (la otra pandemia) con su carga de información falsa.
El diplomado es una inquietud que le planteó la ministra Gabriela Jiménez a la presidenta de la fundación y directora del diario digital Ciudad Caracas, Mercedes Chacín, con la idea de dotar de herramientas a los científicos e investigadores del país para comunicar eficientemente al público en general sus trabajos, y así dar a conocer los avances que se vienen alcanzando en materia de ciencia y tecnología. Por otro lado, como una manera de acercar a los comunicadores de los distintos medios nacionales al lenguaje y el quehacer científico.
“Es también una manera de confrontar la pseudociencia, esa que usa un discurso y un lenguaje complejo y lleno de imposturas que en realidad no dice nada” afirma César Alvarado, director de la Escuela de Comunicación Popular Yanira Albornoz, quien aclara que la que está en marcha, desde febrero de este año y hasta agosto próximo, es la primera cohorte del diplomado integrada por alrededor de sesenta cursantes, entre ellos algunos fotógrafos que entienden la necesidad de comunicar a través de la imagen, distribuidos en tres secciones que además se desplazan desde el set principal en el Centro de Estudios para las Telecomunicaciones de Cantv ubicado en la avenida San Martín, hacia distintas infraestructuras acreditadas, como el IVIC, para observar in situ el propósito del trabajo científico.
Otra perspectiva del diplomado es la aceptación de otras técnicas del conocimiento, como la sabiduría ancestral expresada entre nuestras comunidades indígenas, conocimientos que no se pueden ignorar según nuestra realidad geopolítica.
Divulgar la ciencia
“Sacaremos de los laboratorios esa ciencia y con palabras muy sencillas se lo contaremos al pueblo. Como hizo por años Arístides Bastidas en su Ciencia Amena” reflexiona Luisana Colomine. “Que el ciudadano, la gente de a pie, pueda sentirse orgullosa de todo lo que se hace en materia de ciencia y tecnología y entienda cómo es que eso que se hace en un laboratorio, en un parque tecnológico, en una empresa del estado, lo beneficia directamente y mejora su calidad de vida desde todo punto de vista: en salud, tecnología, en materia agroalimentaria” agrega la coordinadora académica de dicho programa de estudio por el Mincyt, Gaby Chalbaud.
El equipo organizador del diplomado estableció un primer módulo de 60 horas del área de ciencia donde se ofrece un paseo desde lo epistemológico, pasando por matrices disciplinarias, la descolonización y los saberes populares. Sigue un tramo de 80 horas del módulo comunicacional que estudia la comunicación convencional y cómo se produce hoy, la divulgación, los distintos medios, géneros informativos e interpretativos y el discurso, para ofrecer un conocimiento integral. Por último, se desarrolla un módulo de 30 horas para el proyecto, donde se solicita a los participantes conformar grupos de trabajo que lleven a cabo un plan de investigación periodística, con el acompañamiento de tres docentes-periodistas que hacen las veces de orientadores.
“En estos meses hemos reflexionado mucho sobre el rol del periodismo, sobre por qué nuestros logros científicos no son noticia y eso te da una perspectiva distinta de lo que ocurre. De allí saldrán proyectos comunicacionales interesantes y espero que todas las voces tengan cabida porque la ciencia es para la vida y es un bien común. La pandemia dejó en evidencia que falta información, que quizás no estamos haciendo el mejor periodismo, que falta investigación porque todo se lo hemos dejado a Google y a los ‘influencers’” puntualiza Colomine.
Aprender todo de todos
Jesús Arteaga, periodista, considera que en este momento se está realizando investigación científica muy pertinente para el desarrollo del país. Observa que hay líneas de investigación y muchísimos resultados a pesar de las medidas coercitivas y unilaterales de Estados Unidos, que son completamente desconocidas por el pueblo. En la medida en que fue entendiendo la necesidad de comunicar tales logros, se incorporó al diplomado y hoy es uno de sus alumnos.
Explica que lo más atractivo de la experiencia es la gran cantidad de programas, la diversidad de perspectivas y los enfoques desde la matiz de la ciencia abierta, colaborativa, la ciencia por todos y para todos. “Además es bien importante informar que los científicos no son tipos de bata, especiales, lo que llaman cerebritos, sino gente que se sensibilizó y motivó a estudiar ciencia, gente común y normal que entiende que su trabajo aporta beneficios al pueblo, como los que producen vacuna o los kit de detección de cáncer de mama. ¿Qué dificulta informar sobre el hecho científico? Que ellos publican sus investigaciones, avances y resultados en revistas arbitradas, especializadas, donde el lenguaje dificulta la comprensión de su trabajo. Eso hace necesario que la ciencia sea divulgada a través de un lenguaje potable, transparente, cordial, amistoso, para que la gente entienda que hay una legión de hombres y mujeres, que representa el 60%, esforzándose para que uno tenga una vida más amena”.
Gaby Chalbaud coincide, y agrega un ejemplo: el primer encuentro fue una clase magistral de la mismísima ministra explicando en conferencia cómo se dio la alianza científico-campesina de los agricultores con los investigadores para recuperar y relanzar la papa nativa en Mérida, lo que ha traído la posibilidad de multiplicar la experiencia en otras regiones del país. “Luego nos han visitado otras personalidades a través de distintos conversatorios, como el encuentro que sostuvimos con la doctora María Cavazza para explicarnos el proyecto de VPH (Virus del papiloma humano) que se desarrolló en la comunidad de El Valle, y fue muy importante que los participantes escucharan cómo tres biólogas se incorporaron a trabajar con los consejos comunales y a través de esta alianza se pudo canalizar que estas mujeres que nunca se han chequeado, se examinaran, se diagnosticaran y se les prestara tratamiento”.
Es un aprendizaje colaborativo, define Gaby, donde el facilitador tiene una serie de conocimientos, tanto como los participantes con sus propias experiencias, usando el aula como el lugar de encuentro para compartir y converger, “para revisar las posturas y aprender todo de todos” concluye.
POR MARLON ZAMBRANO • @zar_lon
FOTOGRAFÍAS MICHAEL MATA • @realmonto