17/08/23. Es una guajira bolero de Pedro Flores inspirada en la playa La Fanduca, -un rinconcito del barrio Húcares, según describe Diana Ojeda, con su variedad de tonalidades azules que se funden con el cielo-, que acostumbraba visitar en su pueblo Naguabo, o un bello poema-sueño hecho canción como señalan en Solismanía, de pana que era rolo de poeta el Pedro.
Los sueños han sido recursos recurrentes en los boleros de algunos autores, La vida es un sueño de Arsenio Rodríguez, Morir soñando de Manuel Pelayo Díaz aunque sea ciertamente un vals mexicano, el Soñar contigo que cantaba Bienvenido Granda de José Berroa Rivera, o sueños entreverados en las letras, como el verso: “Para seguir soñando con la tarde” en el bolero Dolor Cobarde de Miguelito Valdez, de los que me llegan ráfagas.
“Don Pedro, el de las flores”, como le decía nuestro querido amigo, periodista y poeta Jesús Rosas Marcano, utiliza el mismo recurso y cuenta en el canto: “Yo tuve un sueño feliz/ quise hacerlo una canción/ y mi guitarra cogí/ puse todo el corazón/ concentré pensando en ti/ volaron las palomas del milagro/ y escucha dulce bien lo que escribí…”
El bolero es una moneda de cambio entre los enamorados, es un torrente de afectos que circula entre besos apasionados, es un camino de ida y vuelta de salivas, donde se desatan seducciones mutuas y cariños, es un tratado de sugerencias amorosas, incitaciones al delirio erótico y a las pasiones desmesuradas
El relato de Flores, porque sus palabras poéticas hacen honor a su apellido, me encanta porque el tono onírico lo logra con ese modo de cuento de hadas, donde las hadas y duendes son los enamorados, que en este caso tiene un final feliz, y en otros aparecerán las brujas, pero me encanta este ángulo para un acercamiento real maravilloso al bolero como un cuento de hadas buenas, que no es otra cosa que las mujeres amadas, sino que lo diga el poeta Caupolicán, érase que se era, o a lo mejor fue mi pana Denzil Romero: “Era en una playa de mi tierra tan querida la orilla del mar/ Y era que allí estaba celebrándose una gira*/ debajo de un palmar/ era que estabas preciosa/ con el color de rosa/ de tu traje sencillo y sin igual/ era que eras novia mía/ y que yo te sentía/ nerviosa entre mis brazos suspirar./ Era que todo fue un sueño/ pero logré mi empeño/ porque te pude besar!/ Sueño Feliz el sueño aquel/ Bajo un palmar”. Canto y cuento es la poesía, se cuenta una viva historia, contando su melodía. ¡Diría Antonio Machado!
Vale decir que Don Pedro se esmeraba en utilizar vocablos propios de la gente de pueblo, y con respecto a la palabra “gira”, le contaba a Tommy Muñiz en programa de la televisión portorriqueña en 1972, que él trataba de establecer una conversación con su gente con palabras que sólo se utilizaban allá en Puerto Rico, como ‘gira’ decía, y tuvieron que tragárselas: “En México, por ejemplo, como no sabían lo que era, le pusieron una boda, y en otros países han tenido que aceptarla”.
- Pasadía en el campo o en la playa (Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico)
De las versiones la de Pío Leyva y sus montuneros, la de Pío con Omara que dio origen a esta nota, Tito Gómez y la Orquesta Riverside, la del memorable disco Serenata de Danny Rivera es el propio poema, la del otro poeta Vicente Feliú, o Javier Solís, Johnny Albino y Los Panchos, Barbarito Diez, ¡y dale que no te has dado Roberto Malaver!, y recordemos a tu carnal tocayo de la Montoya. ¡Un abrazo fuerte por el pana!
¡Llévatela Erasmo Sánchez!
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ • 0424-2826098