25/07/24. Desde los primeros tiempos con el Grupo Loquibambia, su paso por el cuerpo de baile del cabaret Tropicana, Las Mulatas de Fuego, "Las Anacaonas", el cuarteto del pianista y compositor Orlando de la Rosa, con el que viaja a Estados Unidos, y el Cuarteto D’Aida… hasta antes de Buena Vista Social Club, ya Omara era grande. Después fue que vino el formidable suceso musical.
Sobre todo a su paso por El Callejón de Hamel donde se reunían los muchachos del filin, aquel movimiento musical que actualizó en simbiosis con el jazz, la Trova cubana, que derivaría a La Nueva Trova, que representaron su amigo Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, a quienes ella hizo conocer. A fines de los años cuarenta el locutor Manolo Ortega la presentó por primera vez en la radio con el nombre artístico de Omara Brown, y quedaría finalmente como "La novia del filin".
Pero es el tema Buena Vista Social Club en el que me quiero detener. Una historia casual que nadie nunca supo lo que habría de significar, así fue como comenzaron las cosas. “En 1996, -cuenta Nicolás Pichersky-, un grupo de músicos de Mali, iban a viajar a La Habana para grabar con artistas cubanos. ¿El concepto? Un disco de música tradicional africana occidental y afrocubana. Sin embargo, la idea original se frustró cuando las visas cubanas para los africanos no llegaron. Así, Nick Gold, productor ejecutivo, recurrió al músico Ry Cooder y junto al productor cubano Juan de Marcos González salieron a “peinar” La Habana en búsqueda de músicos de la Vieja Trova. Y la pesquisa de esos “jubilados” del son y el bolero -anteriores a la Nueva Trova los sesenta que reflejaba los cambios sociales de la revolución-, dio como resultado un disco revolucionario: Buena Vista Social Club (en homenaje al club cubano donde solían presentarse)”.
El fenómeno Chan Chan, con película de Win Wenders incluida, desbordó las fronteras, y se convirtió en una suerte de talismán geopolítico, cual pasaporte diplomático para sobreseer las prohibiciones y sanciones, y que los cubanos se presentaran en el Carnegie Hall de Manhattan, y otros escenarios que nunca habrían podido imaginar.
Desde el hotel Nacional de Cuba, Fena Della Maggiora entrevista a Omara Portuondo y nos acerca a la historia de la cantante cubana, con agregados claves que van desmenuzando las historias. Para Barbarito Torres, tresero de Afro-Cuban All Stars y Buena Vista, este proyecto se cocina en Inglaterra, en Londres, entre Nick Gold y Juan de Marcos González que es el autor intelectual, para mí, el padre de toda esta maravilla. Pero lo que sucedió, -cuenta Barbarito-, fue que meses antes vino un americano a Cuba y grabó con una camarita de la televisión algunas cosas, y cuando llegó a Los Ángeles regala el casete a Ry Cooder, quien descubre que era eso lo que estaban buscando.
“Y entonces cuando llegamos al estudio de Egrem, yo que no hablo nada de inglés, algunas cosas entiendo, y Juan de Marcos me trasmite a mí, que Ry Cooder me quiere poner un casete para ver si yo puede tocar al estilo del laudista, y cuando vemos el casete y viene el solo de tres, resultó ser que era yo mismo”. De allí empezamos a buscar los compañeros, Ibrahim, Compay Segundo, Pio Leyva, el Guajiro Mirabal, Omara que estaba grabando en el mismo edificio. El baja al piso donde grababa Omara y le pide les cante una cosita, y de allí salió el famoso Veinte años que convirtió a Omara en la Diva de Buena Vista Social Club.
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ