05/12/2022. ¿Dónde estás corazón? es un tango cuya letra y música originales pertenecen a Luis Martínez Serrano, en tanto que Augusto Berto compuso en 1928 la versión para tango. Después de los boleros onomatopéyicos de cómo suenan los corazones enamorados, sigamos con los corazones partidos por la pérdida de un amor. Mucho dolor debió causar la muerte de su amada, que refleja Luis Martínez Serrano, compositor de esta maravillosa letra, que por muy triste que sea, no pierde para nada su calidad. “¿Dónde estás, corazón?/ No oigo tu palpitar/ Es tan grande el dolor/ Que no puedo llorar/ Yo quisiera llorar y no tengo más llanto/ Le quería yo tanto y se fue/ Para nunca volver”, si acaso fue real, porque la ficción también hace parte del bolero y/o tango, en lo que finalmente se convirtió esta canción, luego de un acuerdo con Augusto Pedro Berto.
La historia de ¿Dónde estás corazón?, es que nació como canción con letra y música de Luis Martínez Serrano y fue estrenada en 1924 por el barítono Daniel Arroyo en el Teatro Regis de la ciudad de México, acompañado por la orquesta dirigida por el autor en el marco de en la revista México a la vista y tuvo gran repercusión en México y España.
Al llegar a México, en una gira, Berto se impregnó de la melodía de un éxito local, “¿Dónde estás Corazón?”, que con la autorización de su autor, Luis Martínez Serrano, arregló en tango y la llevó a Buenos Aires incluyéndola todos los intérpretes de la canción popular a sus respectivos repertorios, incluso Carlos Gardel la cantó en Europa.
“¿Dónde estás corazón?”, letra y música con Luis Martínez Serrano. Julio Korn, 1930. “Dedicado a la bailarina Señorita Conchita Vila y a su amiguita Flora Mora”. La duda es, si fue dedicada la canción a estas señoritas en 1924, o la presentación de Korn en 1930.
“Yo le quería con toda el alma/ Como se quiere sólo una vez/ Pero el destino cambió mi suerte/ Quiso dejarme sin su querer/ Tan sólo el tiempo borrar podría/ Aquellos años de tanto amor/ y una mañana de frío invierno/ La luz del alba se oscureció”.
POR HUMBERTO MÁRQUEZ
ILUSTRACIÓN ERASMO SáNCHEZ