21/03/24. Releyendo mi nota anterior, les cuento que por lo menos una de las incógnitas he dilucidado, revisando ambas versiones del bolero Dos caminos de Fellove, que es el propio misterio musical; en varias presentaciones encontré por fin, que las dos están firmadas por el compositor cubano/mexicano, que mal podría estar firmado por la Guillot, porque hasta donde yo sepa nunca fue compositora. Lo que sigue siendo un misterio es no conseguir la letra exacta del bolero, así que si un lector avispado se aplica en su consecución, se lo agradecería infinitamente. ¡Dáte con todo Roberto Malaver y jurunga tu libro de Padura que no me has querido prestar! Jajaja o me imagino que mi amigo Armando José Sequera, ¡no me dejará morir en esta agonía! Jeje.
A juzgar por la carátula del sello Puchito Olga Guillot Con Orquesta Hermanos Castro – La Mejor Voz Cancionera De Cuba de 1954, y de la transcripción bajada según esa carátula, la versión sería: “Solo existen dos caminos/ Lo que quiero es que te vayas/ el destino me propone un futuro… Solo quiero que comprendas que a ti ya no te quiero”, y como ya lo decía ésta se ajusta más a la personalidad de Fellove. Pongamos por caso entonces, que esa sea la fulana letra, pero el otro misterio es que en casi todas las reseñas se repite que el bolero lo popularizó Olga, y que fue escrito para ella por Fellove, lo que pareciera ser cierto porque no encontré otra u otro intérprete, pero lo más curioso del caso es que en un acucioso trabajo Olga Guillot: nacer y ser bolero de la excelsa investigadora Rosa Marquetti en su blog Desmemoriados. Historias de la música cubana, donde reseña del primero al último los boleros cantados por Guillot, y no existe referencia alguna. Ya me suscribí a la página y le hice la pregunta, pero aun no me llega respuesta. Lo mismo ocurre con la otra gran investigadora Gladys Palmera en La Guillot es el bolero, me encanta esa deliciosa expresión: “Cantaba boleros a quemarropa, sin dejarse nada dentro”, o ese otro maravilloso trabajo: Olga Guillot: entre tornado y huracán y cero en la boleta, el Dos caminos brilla por su ausencia.
No pierdo las esperanzas de leer el libro de Rosa Marquetti sobre el tresero Andrés Echevarría Callava, Niño Rivera, quien no sólo fue gran amigo de Fellove desde la infancia y adolescencia, ya hemos dicho que Mango Mangüé, inspirada en un pregón callejero, la escribió en la casa del Niño Rivera, sino también le acompañó en sus primeras composiciones, le entregó su tema El Jamaiquino, que sería el respaldo de Mango Mangüé que le produjo Mariano Rivera Conde, el gran productor de RCA Víctor en México, en su primer 45 rpm, que lo catapultaría a la fama.
Pero no quiero dejar pasar por alto que en esa banda de muchachones, estaba su primo Patato Valdés; -que por cierto lo vi hoy en el disco Patato y Totico, como percusionista del tema Más que nada, una rumbita en donde participan nada más y nada menos que Arsenio Rodríguez y el bajista Israel (Cachao) López, entre otros músicos arrechísimos-, después hablaremos de Totico, un gigante en altura y música, pero volviendo a los carajitos con quienes se juntaba “en el barrio habanero de Colón, sitio en el que convivió desde niño con tamboreros de la talla del gran Chano Pozo; y el gran pianista Bebo Valdés, con quien participó como voz de su orquesta, y contribuyó a la creación del ritmo batanga, hasta llegar al grupo bohemio de los Muchachos del Filin, con quienes contribuyó al desarrollo de ese estilo de hacer y cantar el bolero cubano. Y ahí mismo a los dieciséis años compuso su clásico Mango Mangué, que le grabó Celia Cruz; el bolero Dos caminos, que hizo popular Olga Guillot, y No me agites más, grabado en 1948 por Machito y sus Afrocubanos. Desplegó su actividad de intérprete y compositor en La Habana hasta que su amigo José Antonio Méndez lo convenció de venir a la capital mexicana”, de quién me copié esto, ya ni sé, pero por la presión de la hora ¡no tengo chance de averiguar! Jajaja.
¡Qué tal!
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ