30/11/23. Sobre la controversia de cuál fue el primer bolero mexicano, el periodista Héctor Ponce de la revista mexicana Proceso ha hecho de los mejores aportes, y según él, Madrigal es el bolero más antiguo del país y no, según se creía, Morenita mía. Para reafirmarlo en entrevista al poeta Luis Pérez Sabido, quien señalaba: “Hasta ahora se ha venido repitiendo en los libros que el primer bolero mexicano es Morenita mía, melodía escrita por Armando Villarreal Lozano, y dedicada a su esposa Guadalupe Salazar.... Pero eso es falso, además de que en su versión original Morenita mía carece del cinquillo característico de los boleros de entonces”. Y de madera didáctica pregunta y se responde en el texto: –¿Qué es el cinquillo? –Es como la clave en la rítmica cubana del estilo bolerístico.
En cualquier caso, Madrigal fue compuesto por el trovador Enrique Galaz Chacón, El Curro, en 1918 durante las fiestas patronales del Santo Cristo del Amor en la hacienda cacaotera Abalá de la familia Ponce Cámara. Sobre el compositor el poeta le cuenta al periodista: “El Curro fue un niño precoz. Nacido el 27 de marzo de 1900 en Hunucmá, aún no cumplía los seis años de edad cuando fue felicitado por el presidente Porfirio Díaz en su única visita a Yucatán, por febrero de 1906, pues Galaz Chacón tocaba los timbales en un danzón interpretado por la orquesta de Pepe Cuevas. Cuando apenas tenía dieciocho años compuso Madrigal, tomando los versos del poemario Amorosas, del periodista Carlos R. Menéndez, director de la Revista de Yucatán”.
El investigador Roger Martínez Peniche, en 1920-1950. La época de oro de la canción yucateca, indica que "El Curro" introdujo dos características interpretativas en el bolero mexicano. a) La principal, cantar repitiendo solamente la segunda estrofa del texto poético, innovación que dio al bolero brevedad, riqueza melódica, sencillez, haciéndolo más digerible. b) Su novedoso estilo de cantar a media voz, bajito y tristón, lo que dio al intérprete mayor oportunidad de expresión.
Aunque para mí es un bolero casi macabro. Para Hansel Vargas Aguilar Madrigal es un breve texto amoroso, de dos estrofas, dedicado a los ojos femeninos.
“Dicen que en la retina del que ha muerto/ la última imagen retratada queda/ como el divino rostro de una hermosa/ en la delgada cartulina tersa. / Si eso es verdad, cuando me esté muriendo/ clava en mis ojos tus miradas tiernas/ para tener dos astros que me alumbren/ en mis noches debajo de la tierra".
¡Dígalo ahí Erasmo Sánchez!
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ • 0424-2826098