05/12/23. A veces nos resulta imposible entender los resortes que impulsaron a nuestros héroes durante la Guerra de Independencia, más aún, cuando sus acciones lindaron con la crueldad extrema.
Bolívar y el Decreto de Guerra a Muerte contra todos los españoles y canarios; Juan Bautista Arismendi y Leandro Palacios ejecutando la orden de pasar por las armas a los presos indefensos en La Guaira; Ribas y Bermúdez desconociendo a Mariño y al propio Libertador; Juan Vicente Campo Elías jurando, siendo español, "acabar con todos los españoles y, luego, cuando no quedara ninguno, suicidarse para que no quedara ni uno solo de su raza”.
Ante el asombro, sólo consuela advertir que el enemigo realista era aún peor, y en los lances de la guerra el concepto de humanidad quedó postergado para otro tiempo, el de la paz.
El caso de Campo Elías es demoledor. Aunque por años se desconoció con precisión histórica su lugar de origen, se supo luego que era oriundo de un pequeño pueblito de La Rioja española llamado Soto en Cameros, donde nació en 1759.
Siendo pequeño se trasladó a Venezuela con su tío, Don Hipólito Elías, quien fue nombrado canónigo de la catedral de Mérida en 1792. Campo Elías prosperó haciendo vida de comerciante entre Trujillo y Mérida, hasta que en el umbral de la lucha independentista conforma, junto a otros, la Junta Patriótica de esa provincia, el 9 de abril de 1810.
Aunque su nombre no es tan popular como el de otros titanes de nuestra historia, y apenas alcanzó para designar a uno de los veinte municipios del estado Trujillo y a un par de escuelas públicas del interior del país, hizo los méritos suficientes para ubicarse en un pedestal aledaño a los más grandes.
Combatió en la Campaña Admirable junto a Bolívar quien a la postre lo ascendió a Teniente-Coronel. Fue héroe de la batalla de Bárbula y con su batallón “Barlovento”, sembró el terror entre Boves y sus tropas durante varias avanzadas, como la Batalla de Mosquiteros de 1813, donde lo derrotó salvajemente. Un año después, apoyando a José Félix Ribas con apenas 220 hombres, le propinó una estocada en la Batalla de La Victoria, para luego rematarlo en Patanemo donde forzó la huida del “Urogallo”.
En su ofensiva por los llanos venezolanos detrás de la “legión infernal” de Boves, nos cuenta dramáticamente Juan Uslar Pietri en su extraordinario libro Historia de la rebelión popular de 1814, Campo Elías exhibe su más virulento odio hacia el bando realista, degollando con machetazos al vuelo a por lo menos tres mil personas entre paisanos, canarios, llaneros y simples pobladores de esa localidad, impiedad que llevó a muchos –por temor o desagravio- a alistarse en las filas españolas.
Finalmente, herido de gravedad luego de la respuesta de Boves, quien se hizo fuerte en Villa de Cura y se lanzó con todo el arrebato que lo caracterizó a combatir en San Mateo, muere en un hospital de campaña en 1814 sin los honores de su osadía homérica y su apresto bestial contra sus propios connacionales, a los que enfrentó desde las vísceras como el más colérico patriota.
POR MARLON ZAMBRANO • @zar_lon
ILUSTRACIÓN JADE MACEDO • @jadegeas