15/02/24. Cuando Fellove comienza a despuntar en la música, recordemos que ya a los diecisiete años había compuesto Mango Mangüé y que había compartido con Celia Cruz desde la infancia, en La Habana venía ocurriendo el filin, un movimiento singular con especial influencia del jazz. De los antecedentes del filin, fue el grupo Loquibambia Swing, creado por José Antonio Méndez, en 1946, uno de los hitos de la vanguardia musical cubana de mediados del siglo, que después dirigió el otro adelantado Frank Emilio Flynn.
De las amistades emblemáticas de Fellove era “El Ronco Méndez”, un músico también adelantado que supo apreciar el talento de Fellove, un joyero que cantaba con irreverencia, compositor e innovador nato, y todo un personaje que se vestía con largas túnicas africanas. “Canto jazz, blues, filin, son, guaracha, guaguancó, bolero, ranchera y lo que me pidan. Yo soy un vacilón, chico”.
Sobre su llegada a México, Fellove contaba lo siguiente: “Yo llegué de Cuba en un barco italiano, entré por Veracruz en el año 1955, el día cuatro de diciembre, a mí la persona que me trajo fue José Antonio Méndez, compositor y amigo mío autor de La gloria eres tú, y entonces, pues ¡imagínate! esa escena, yo cuando llegué... ¡me encantó México!... Mira, yo lo que quería era salir de Cuba, ¡hacer algo!, como el maestro Méndez era compositor y trabajaba su música aquí en México y se la daba a los tríos, entonces yo le dije ¡yo quiero salir ya, me voy contigo!, yo dejé la joyería, que era en lo que trabajaba, bueno, lo ¡dejé todo!".
Fue precisamente José Antonio Méndez, ya cotizado en México por su bolero La gloria eres tú que había popularizado Toña La Negra, que viajaba con frecuencia e incluso por largas temporadas, quien lo lleva a México y lo relaciona muy bien, hasta el punto que lo presenta a Mariano Rivera Conde, esposo por cierto de la gran compositora Consuelo Velásquez, pero sobre todo, un dinámico gerente de la RCA Víctor en México, quien le graba un disco, lo bautiza El Gran Fellove, y lo catapulta al éxito que nunca ocurrió en Cuba. “De inmediato me encontré con el productor Mariano Rivera Conde, le gustó mi timbre de voz y me grabó varias canciones –recordaba en una entrevista con Rafael Lam—. Aquí inventé el ritmo que llamé “chúa chúa”, en donde hacía instrumentaciones con la voz. Ese ritmo se hizo muy popular y caminamos como no te puedes imaginar. Lo que hizo Mariano no tiene nombre, fue un fenómeno. Él fue quien inventó a Benny Moré, a Toña La Negra y Pedro Vargas. Era un genio: ya fuera cubano o mexicano, él tomaba a un artista y hacía que tuviera éxito. Era una cosa increíble. Cuando yo grabé para RCA Víctor empezó mi faena”.
De allí en adelante, Fellove hizo varias presentaciones en países como Panamá, Argentina, Colombia, Venezuela y, Puerto Rico, realizó varias visitas a Nueva York, presentándose en las mejores salas del momento, incluido el Palladium, - el de NY y el Los Ángeles-, y en 1996 en una presentación especial en el Lincoln Center de Nueva York, que le realizara un devoto de su estilo, el famosísimo trompetista Wynton Marsalis junto a Chucho Valdés, otro de su fanaticada. Tres años más tarde otro de sus más incondicionales admiradores, el pianista cubano Osmany Paredes presta su talento para, junto al trompetista Chocolate Armenteros y el Gran Fellove, producir un material inédito que recogió su último trabajo discográfico. En el año 2002, hizo popular una versión tumba/mambo del tema del cantante Sting Walking on the Moon. Además de compartir escenarios en la ciudad de los rascacielos con grandes de la música, se daba cita con amigos que resultaron ser de una lealtad casi eterna. Entre ellos se puede mencionar a Celia Cruz, Machito y Graciela, Chico O’Farrill u Olga Guillot. Valga decir que su Descarga Chocolate es otro de los números más sabrosos y tal vez por eso, Matt Dillon lo incluye en su documental El gran Fellove que comentaremos en próxima entrega.
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ • 0424-2826098