14/03/24. Cantantes e instrumentistas de salsa del país se unieron en una sola iniciativa: Soneras de Venezuela. “Es un primer encuentro en la historia de la salsa en Venezuela. Es la primera vez que se hace una reunión de las exponentes de la salsa venezolana, lo que quiere decir que esto es inédito. Y, para mí, significa que por fin se está haciendo algo por el trabajo mancomunado entre las mujeres que hacemos salsa en el país, y eso es de orden muy importante, el hecho de que se haya tocado el tema de las nuevas generaciones y la disposición de cada una de seguir trabajando juntas, es decir, es una expresión de sororidad entre nosotras”, señaló Maigualida Ocaña, cantante de diferentes orquestas, entre ellas la recordada Cadáver Exquisito.
La intérprete fue una de las convocadas al encuentro de soneras que se desarrolló el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en medio de la naturaleza del parque Generalísimo Francisco de Miranda, en el restaurante Las Corocoras. Allí se congregaron, además de Ocaña, Trina Medina, Veruska Verdú, Mariana La Sonera, Marianella y como orquesta de base Son Kribeñas. Hubo una invitada especial, Huguette Contramaestre, exponente de música tradicional y popular, quien también incursionó en la salsa.
Unión y reconocimiento
El proyecto es una idea de Wendy Racines, gestora cultural y productora, y Coromoto Gil (Lionza y Dj Koromoto), coleccionista, programadora y promotora residenciada en Berlín, Alemania, siempre conectada con su país. La intención es reunir a las cantantes de salsa, de distintas generaciones, y agrupaciones femeninas que quieran aportar. “Surge como una plataforma de visibilidad, de representatividad entre todas las soneras de Venezuela. También surge, entre otras cosas, de la inquietud de por qué si hay tantas mujeres en la salsa y soneras, no están siendo representadas en los espacios, invitadas, reconocidas en los documentales, en los podcast, más allá de Trina o la misma Canelita; mientras que a las otras las destacan nada más que en orquestas. Nosotras, como productoras, alzamos esa bandera de las soneras clásicas y de las nuevas generaciones, que quieren hacer cosas, tienen inquietudes”, aclaró Racines.
Se trata de un proyecto amplio y ambicioso en el sentido de no quedarse solamente en el ofrecimiento de conciertos, sino que abarca el campo educativo, y tiene que ver con los talleres y charlas que se harán. Por otra parte, también Soneras de Venezuela irán a distintos lugares: escuelas, colegios, comunidades, entre otros, para fomentar el amor por la salsa, la música y sus historias.
En ese sentido, se busca destacar el papel de la mujer salsera, lo cual se asocia, sin duda, al rol de la mujer venezolana. No en vano, las soneras hablaron ese día acerca de sus experiencias profesionales cargadas de racismo y machismo. “No ha sido fácil para nosotras hacer carrera en un medio ya de por sí difícil por el dominio masculino y cargado de prejuicios hacia la mujer”, dijo Mariana La Sonera, asunto que fue referido de distintas formas a través de las vivencias contadas por cada artista.
Soneras de Venezuela irá creciendo en la medida en que se incorporen más mujeres creativas. La percusionista y directora de Son Kribeñas, Hayzalex Lago, afirma: “nunca se había logrado unir a tantas salseras, adicional, eso colabora con el empoderamiento de la mujer porque, más allá del feminismo, es valorar el trabajo de cada una de nosotras. Hay muchas salseras que no se les da el espacio que se merecen”.
POR MERCEDES SANZ • @mercedes.jazz
FOTOGRAFÍAS CORTESÍA SON KARIBEÑAS Y WENDY RACINES