Se acerca el 24, y las calles de Caracas comienzan a transformarse entre el frío decembrino y los ríos de gente amuñuñada que caminan viendo vitrinas y que casi siempre dentro del presupuesto, priorizan en navidad los regalos a seres queridos y en especial a los niños y niñas. En esta época los adultos encarnan la imagen irreal de los niños Jesuses de esta patria. El niño Jesús dentro de nuestra cabeza, es el niño pequeñito Dios, que levita y le deja regalos a los más chiquis.
El ritual decembrino de regalar tiene una vieja data. Desde la cosmovisión de la antigua fiesta de saturnalia, los rituales por el solsticio de invierno incluyen regalos de abundancia en función de la entrada de los nuevos ciclos de la siembra. Para la religión católica el nacimiento de Jesús de Nazareth fue digno de la visita de los tres Reyes Magos quienes le llevaron ofrendas. Es así como estos hitos representan inspiración para lo que hoy en día hacemos al celebrar y el 25 destapar, tu regalito de navidad.
En Venezuela
Venezuela se ha destacado en esto de diseñar de manera artesanal juguetes de su inventiva y a pesar de las tecnologías, las pantallas y la alienación, siempre existen padres y madres que rememoran sus propias vivencias regalando entonces juguetes tradicionales.
También sucede en cada escuela y comunidad -digno de admirar-, ver un muchachito que baila un trompo en la uña, aquel que rucha más metras, el osado que llega a trescientos perinolazos. A mi en lo particular me parecía asombroso el yoyo, aunque no me salía el truco de la vuelta al mundo, ni el del columpio; también me fascinaba el sonido de un buen gurrufio.
Juguetes icónicos
Haciendo un ejercicio de memoria y una encuesta a gente cercana comenzamos a nombrar aquellos juguetes más comerciales que hicieron eco en nuestra infancia. En Venezuela al llegar diciembre era común ver por la tele al menos seis comerciales del juguete de moda. Muchas veces comenzaban en noviembre para dar chance entonces a los chamos y chamas de escribirle la cartica al niño, con los pedidos.
Una que pisa los cuarenta recuerdo del bebé querido, y es que en la vida de cada niña y hoy en día en la vida de los niños con padres que no reproducen estereotipos, el bebé gusta porque es imitar el cuidado que a los niños y niñas se les da. A lo largo de la historia han desfilado bebés de todos los tamaños, colores y formas: nenuco, chicho bello, bebé gateaditas y mis favoritos, los bellisimos bebés repollos con olor delicioso, regalo de una de mis navidades que me duró menos de 48 horas: me lo robaron en un aeropuerto... fue un diciembre triste y esa es otra historia.
La bestia trepa rocas, la Barbie y el max stell, la bicicleta, patineta y monopatin, los carritos de pista de carreras, los juegos de mesa, los juguetes didácticos, la heladería Kreisel supra y pare usted de contar. Creo que lo más bonito de mi navidad -aunque un recuerdo agridulce-, fue el descubrir que el niño Jesús eran mis padres, aunque se develó la fantasía y el misticismo. Esto me hizo apreciar más mis juguetes y sus esfuerzos por brindar afecto y atención.
La idea es también reflexionar lo que atraviesa cada hogar, el niño Jesús y todo aquello que tiene que ver con regalar, da cuenta de la diferencia de clases. En el imaginario que tenemos de niños comparar nuestros regalos viene siendo el primer indicio de que el niño Jesús como que no existe y trás de ello comienza entonces la reflexión de perspectiva interseccional en donde entendemos que no todos los hogares cuentan con las mismas realidades económicas.
Más allá de los adornos, estrenos y la moda siempre es bien querido y aún más atesorado aquellos obsequios artesanales hechos a mano, y que por lo general son conservados en el tiempo y el corazón.
Otra reflexión que me parece digna de acotar es que los juguetes no tienen género y que esto no se traduce en tendencias dentro de la conformación de nuestra orientación sexual. Hoy es posible encontrar niños que desean para navidad una cocinita y niñas quienes prefieran un kit para jugar futbolito; contribuir con las infancias felices y eliminar las brechas de desigualdad es necesario hasta en la concepción que tenemos de lo que regalamos. Ese niñito que quiere jugar con un bebé, no quiere ser homosexual, quiere emular lo que significa cuidar, amar y proteger, cualidades de un buen padre.
Rovimar, juguetera de la ciudad
Rovimar Serrano, es juguetera entre Guarenas y Caracas. Conversamos con ella sobre sus inicios en el arte de la fabricación de juguetes artesanales: “Empezó en mi hogar cuando tenía aproximadamente nueve años, mi papá le explicó a mi mamá cómo se elaboraba un gurrumango por una tarea que ella debía realizar en la universidad. Así que desde ese momento confeccioné los míos y los fui atesorando para esas tardes mágicas del juego en familia y con los vecinos. Posteriormente cuando yo cursaba estudios superiores se me ocurrió un poco más en la historia de ese juguete en particular y lo formalicé como un proyecto de investigación. Cosa que en el 2007 me llevó a conocer a la Asociación de Jugueteros Artesanales de Venezuela. Quedé maravillada con todo el trabajo tan hermoso que llevaba a cabo ese colectivo de mujeres y hombres, que transforman cualquier materia prima (telas, madera, semillas, papel, plástico, entre otros), para convertirlo en un juguete y un juguete tradicional que dice mucho de lo que somos como venezolanos, como latinoamericanos”.
Recuerda sus inicios al compartir en ferias y trueques de juguetes “producto de ese intercambio de entrevistas, del compartir en ferias artesanales, del trueque de los juguetes que yo hacía y atesoraba en mi casa, que los artesanos jugueteros me otorgaron uno de los títulos que más me honra llevar: el de juguetera artesanal. Actualmente junto a uno de mis hermanos damos vida al “Taller de juguetes artesanales Gurrumango” donde elaboramos juguetes a partir de semillas y madera que buscan la preservación de la vida en nuestra Madre Tierra, que evoquen nuestras tradiciones, nuestra identidad; es un lugar que nos permite construir la independencia desde las pequeñas cosas.”
¿Cuál es la receta para construir un juguetico?
“Pasa por tener mucha paciencia, respetar la materia prima, investigar a profundidad el tema que queremos transmitir, experimentar con técnicas y procedimientos, inventar herramientas, aquellas que son difíciles de conseguir y atender los criterios de seguridad para los niños y niñas. En resumen es una suma de pasión, respeto, innovación y creatividad.”
Conversamos sobre el juguete y la infancia: “Pienso que el juguete es un elemento protagónico para la infancia. Como saben han sido muchos los estudiosos que se han dado a la tarea de profundizar en los beneficios para la salud psicoemocional del individuo. Por ello cada familia debe prestar mucha atención a esos momentos dedicados al juego, evitar el control que ejerce la industria del juguete, que nos lleva muchas veces a consumir juguetes que reproducen un modelo de sociedad particular que no nos identifica. Tenemos que promocionar nuestros juguetes, nuestros juegos tradicionales, esos que pueden ser elaborados por los mismos niños; que permiten desarrollar ciertos valores más cónsonos con la sociedad que necesitamos. Una muñeca de trapo, un papagayo, el juego de metras, el trompo, la zaranda, un carrito de palo y el mismo gurrumango acercan a la infancia de hoy a conocer nuestro pasado, lo que somos, a entender los procesos de la naturaleza, el reconocer al otro, el saber que puedo ganar, pero también puedo perder, que es más divertido cuando juego con el otro, a observar a imaginar, a darse cuenta que él también puede crear.”
La mente de una juguetera “siempre está en constante actividad, la experimentación forma parte de nuestra cotidianidad, y esa emoción de compartir con otros jugueteros nos motiva a seguir innovando, a dejar una huella del lugar donde estamos, de impregnar cada juguete con aquello que nos identifica como pueblo. Es así, que en este momento estoy haciendo varias cosas, una de ellas seguir produciendo juguetes tradicionales, quiero crear una colección de juguetes dirigidos a la infancia con discapacidad o con alguna condición especial. Por otro lado también estoy trabajando en la producción de libros infantiles donde se muestran nuestros juegos y juguetes tradicionales y el procedimiento para elaborarlos. Y para seguir aportando al movimiento de la juguetería artesanal venezolana, recientemente he tenido conversaciones con el juguetero Víctor García, del estado Anzoátegui y estamos pensado desarrollar un proyecto el cual hemos denominado inicialmente como La ruta lúdica venezolana.
POR MARÍA ALEJANDRA MARTÍN • @maylaroja
FOTOGRAFÍAS ALEXIS DENIZ • @denizfotografia