15/03/24. Aunque suena como encrucijada existencial, que la tuvo como joyero y músico que fue, y sus dos caminos en Cuba y México, países donde ocurrió precisamente la mayor parte de su existencia, resultó ser que buscando la letra del bolero Dos caminos de Fellove, que según cronistas escribió para Olga Guillot, me perdí por esos caminos de Internet, o más que perderme ciertamente encontré cuatro caminos, valga decir dos versiones de Dos caminos por la misma Olga Guillot, una de la propia Olga, y otra de Fellove. Me dije, nada, buscaré la letra y listo, pero siento decir que ahí fue cuando me perdí, porque la letra no apareció. Ni modo pues, el viejo truco, ¡a transcribir ambas letras toca!
Para mi gran sorpresa buscando en YouTube, la que más se parece debido al título, se atribuye a la propia Olga Guillot, aunque más cercana a la personalidad de Fellove: “Solo existen dos caminos/ Lo que quiero es que te vayas/ el destino me propone un futuro… Solo quiero que comprendas que a ti ya no te quiero”, y la otra, también con la Orquesta de los Hermanos Castro, una más edulcorada, es la que sale atribuida a Fellove: “Yo no sé qué me pasa/ cuando estás a mi lado/ yo no sé qué me pasa/ cuando siento tus manos/ yo no sé si es la magia de esos ojos tan negros/ que me roban la calma/ con su bruja mirada/ Yo no sé qué me pasa/ cuando estás a mi lado/ que quisiera gritarlo/ y no puedo ni hablar”. De pana que las dos me gustaron… ¿Pero cuál es cuál?
Ya les he contado de mi angelito bueno y mi angelito malo que me dejó Mamá, y el malo me dijo: “Mijo deja la angustia que ya eso aparecerá”. Ante tal disyuntiva y en el mejor estilo de aquel Concurso Millonario, apliqué la opción de llamar a un amigo, y llamé al mejor buscador de información en la red, mi pana gran escritor y periodista, Armando José Sequera, quien me dio el dato de algo que veía pero nunca usé, tanto que la había perdido y debí recuperar, la opción “Voy a tener suerte”. Para no hacer el cuento largo debo decir que sigo y seguiré buscando la letra del bendito bolero, o hasta llegar a descubrir ¿qué está pasando ahí? Para ser franco, debo decir que soy feliz por haberme quitado de encima las bibliotecas y disfruto de la magia de Internet, pero alerto que debemos ser muy cautelosos, porque no siempre todo lo que dicen es verdad, incluso en YouTube, que sin ánimos de menospreciar sus aportes maravillosos, a veces se cuelan pelones, como confundir el Callejón de Hamel del filin de Cuba con Hamet u otras denominaciones. Al respecto digo, que sólo hay que estar ¡atentos!
Por lo pronto celebremos estos mágicos encuentros con el método Sequera, en La Jiribilla, ubico el interesante artículo: “El rap ecológico de Osmel Francis y Cubanos en la Red” de Alejandro Zamora Montes, hablando de antecedentes del rap en Cuba, el caso de Harry Lewis, que empleaba un parlato-slang encima de guarachas, con canciones bien conocidas como Valles de picadura, Mucha bermuda voy a sembrar, La pangola, entre otras, en lo que nos concierne: “También tenemos el caso de Francisco Fellove, un artista proveniente del feeling y creador del ritmo chuá-chuá, consistente en canciones adornadas con instrumentaciones vocales. Se hizo internacionalmente conocido por un tema titulado Mango, mangüé. Como dato interesante tenemos que Olga Guillot y Dizzie Gillespie interpretaron un bolero suyo titulado Dos caminos”. Entiendo que mi búsqueda profunda continuará porque ese bolero con Dizzy tampoco lo consigo, y si fue a dúo con Olga, ¡menos! Jajaja, ¡sospecho que esto continuará!
Cerremos por hoy con esta reflexión de Fernando Ortíz: “La música afrocubana es fuego, sabrosura y humo; es almíbar, sandunga y alivio; como un ron sonoro que se bebe por los oídos, que en el trato iguala y junta a las gentes y en los sentidos dinamiza la vida”.
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ