31/05/24.
Barrancos cubiertos de flores. Barrancos llenos de pájaros. Barrancos ahogados en lagos. Barrancos. Y no solo flores. Pinos centenarios. Y no solo pájaros. Pinos centenarios y altísimos. Y no solo lagos. Pinos y pinos y pinos. Florido, pajarero y lacustre el mundo de Juan Girador. Allí nació, allí creció, jamás se apartó del lado de su padre, que también era Girador; no tomó mujer propia ni ajena y heredó en él la magia de los envoltorios y los girasoles.
Muerto su padre, lo enterró sin enterrarlo, más afuera que adentro de la tierra, para no apartarse de su lado. Y lo cuidó, hasta que se volvió huesos, del picotazo o la dentellada de animales que se alimentan de cadáveres. Días y noches dio afecto a su padre muerto. Noches y días se mantuvo sentado en el tronco de un árbol y al reventársele el vientre al difunto Girador, qué reguero de gusanos de colores, siguiendo el ritual de los Giradores, le quitó el ombligo, llorón entre cárdeno y violeta, que envolvió en sedas de cuatro colores. La seda negra, primero, después la seda roja, luego la seda verde y, por último, la seda amarilla. Terminado el envoltorio, pesaba y era como un girasol. Enterró los blancos huesos más hondo y marchóse llevando como escapulario, sobre el pecho, envuelto en sedas de colores, el ombligo girador del muerto.
De: El espejo de Lida Sal (1967)
Miguel Ángel Asturias (Guatemala, 1899 - Madrid, 1974)
Poeta, narrador, dramaturgo, periodista y diplomático guatemalteco considerado uno de los protagonistas de la literatura hispanoamericana del siglo XX. Precursor de la renovación de las técnicas narrativas y del realismo mágico que cristalizaría en el posterior «Boom» de la literatura hispanoamericana de los años 60.
A pesar del notable reconocimiento de Asturias como escritor, no fue sino hasta 1967 que se le otorgara el Premio Nobel de Literatura que podrá vivir de los derechos de autor de sus libros. Entre sus libros de poesía tenemos: Sien de alondra (1949), Clarivigilia Primaveral (1965), esta última obra a medio camino entre poesía y ensayo. De sus novelas más emblemáticas tenemos: El Señor Presidente (1946), Hombres de maíz (1949) considerada por muchos su obra maestra, constituye en sí misma una defensa a la cultura maya. Posteriormente publicó las novelas: Viento Fuerte (1950), El Papa Verde (1954), Los ojos de los enterrados (1960), El Alhajadito (1961), Mulata de tal (1963), Maladrón (1969), Viernes de Dolores (1972). Entre los libros de cuentos tenemos: Leyendas de Guatemala (1930), Week-end en Guatemala 1956), El espejo de Lida Sal (1967).
iLUSTRACIÓN: CLEMENTINA CORTÉS