11/07/24
El poeta la vio pasar, aprisa; y aprisa corrió tras ella y se quejó:
–¿Y nada para mí? A tantos poetas que valen menos ya los has distinguido: ¿y a mi cuándo?
La Fama, sin detenerse, miró al poeta por encima del hombro y contestó sonriéndole mientras apresuraba la carrera:
–Exactamente dentro de dos años, a las cinco de la tarde, en la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras, un joven periodista abrirá el primer libro que publicaste y empezará a tomar notas para un estudio consagratorio. Te prometo que allí estaré.
–¡Ah, te lo agradezco mucho!
–Agradécemelo ahora, porque dentro de dos años ya no tendrás voz.
De: Revista Ñ (2009).
Enrique Anderson Imbert (Argentina, 1910-2000)
Narrador, ensayista y crítico literario. Comenzó a publicar cuentos y ensayos en periódicos locales cuando solo tenía 16 años, y en 1928 colaboró en varias revistas literarias antes de dirigir las páginas culturales del diario La Vanguardia. También es autor de varias colecciones de cuentos líricos-fantásticos, de entre los que sobresalen El Grimorio (1961), El gato de Cheshire (1965), La sandía y otros cuentos (1969), La locura juega al ajedrez (1971) y La botella de Klein (1975), relatos en los que combinan lo real con lo extraño y lo fantástico. En su lecho de muerte, bosquejó un cuento corto: la historia de un violinista que, a punto de comenzar un concierto que definirá su carrera, descubre que ha olvidado la partitura. Durante toda su vida reivindicó su adhesión al socialismo.
ILUSTRACIÓN: CLEMENTINA CORTÉS