21/09/24.
A las ocho de la mañana el padre Duncan, el padre Heriberto y el padre Luis empiezan a inflar el templo, es decir que están a la orilla de un río o en un claro de selva o en cualquier aldea cuanto más tropical mejor, y con ayuda de la bomba instalada en el camión empiezan a inflar el templo mientras los indios de los alrededores los contemplan desde lejos y más bien estupefactos porque el templo que al principio era como una vejiga aplastada se empieza a enderezar, se redondea, se esponja, en lo alto aparecen tres ventanitas de plástico coloreado que vienen a ser los vitrales del templo, y al final salta una cruz en lo más alto y ya está, plop, hosanna, suena la bocina del camión a falta de campana, los indios se acercan asombrados y respetuosos y el padre Duncan los incita a entrar mientras el padre Luis y el padre Heriberto los empujan para que no cambien de idea, de manera que el servicio empieza apenas el padre Heriberto instala la mesita del altar y dos o tres adornos con muchos colores que por lo tanto tienen que ser extremadamente santos, y el padre Duncan canta un cántico que los indios encuentran sumamente parecido a los balidos de sus cabras cuando un puma anda cerca, y todo esto ocurre dentro de una atmósfera sumamente mística y una nube de mosquitos atraídos por la novedad del templo, y dura hasta que un indiecito que se aburre empieza a jugar con la pared del templo, es decir que le clava un fierro nomás para ver cómo es eso que se infla y obtiene exactamente lo contrario, el templo se desinfla precipitadamente y en la confusión todo el mundo se agolpa buscando la salida y el templo los envuelve, los aplasta, los cobija sin hacerles daño alguno por supuesto pero creando una confusión nada propicia a la doctrina, máxime cuando los indios tienen amplia ocasión de escuchar la lluvia de coños y carajos que distribuyen los padres Heriberto y Luis mientras se debaten debajo del templo buscando la salida.
De: Papeles inesperados (2009).
Julio Cortázar (Bruselas, 1914 - París, 1984)
Escritor argentino, una de las grandes figuras del llamado boom de la literatura hispanoamericana, fenómeno editorial que, en la década de 1960, dio merecida proyección internacional a los narradores del continente. En 1951 comienza su exilio. Dedica su vida a viajar, pero reside principalmente en París. Las traducciones que realiza de Edgar Allan Poe (entre otros) influyen en su obra, como por ejemplo en su colección de relatos Bestiario (1951). Gana notoriedad mundial con la novela Rayuela (1963), su obra maestra. También publica, entre muchos otros, La vuelta al día en ochenta mundos (1967), 62 Modelo para armar (1968), Libro de Manuel (1973), en donde queda reflejado su compromiso político. En los años siguientes se destacan los poemas Pameos y meopas (1971), los relatos de Octaedro (1974), Queremos tanto a Glenda (1980), Un tal Lucas (1979) y Los autonautas de la cosmopista (1983). Poco antes de fallecer, publica su libro de poemas Salvo el crepúsculo (1984) y los artículos en Argentina, años de alambradas culturales (1984). En 1996, se publica póstumamente su ensayo Imagen de John Keats y en el 2009 aparece Papeles inesperados, una obra miscelánea encontrada por su primera esposa, Aurora Bernárdez. Obtuvo el Premio Médicis (1974) y el Premio Konex de Honor (1984).
ILUSTRACIÓN: CLEMENTINA CORTÉS