16/12/2022. Hemos pasado el año caminando alrededor de una idea: ser mujer. Tras varios ensayos es posible revelar que detrás de esto hay una inspiración beauveriana pues se trata de iluminar cómo se ha concebido a la mujer, qué vivimos y cómo se puede intentar que mejore nuestra vida y se amplíen nuestras libertades, pero no desde la tribuna y mucho menos desde la grandilocuencia sino a través de demostrar que nos es común parte de lo que vivimos. En especial, lo que callamos.
Las venezolanas desde niñas, miramos de frente al patriarcado y aprendemos a naturalizar el machismo. El mismo que nos impone el deber de ser las mujeres “más bonitas del mundo” desde un paradigma eurocéntrico que desprecia la naturaleza e incluso la salud frente al mercado. Crecemos en un mundo donde todavía hay recomendaciones para las niñas que jamás oye un niño, como las que sugieren callarnos. Luego, enseñan a disimular la biología del cuerpo, sus cambios, sus colores, sus fluidos.
Las más jóvenes, transitan el camino de hacerse mujer en tiempos más extraños, caracterizados por la inmediatez, las redes sociales, el mirar su propio rostro a través de filtros mientras no podemos ofrecerles aún una existencia sin violencia de género, institucional, laboral ni intima. Esas chamas son nuestra tarea.
Tenemos que demostrarles que pueden inventarse la vida que se les antoje, que queremos protegerlas de presiones inútiles y nefastas. Esas que te hacen sentir mal por tener hijos y por no tenerlos, por trabajar en la oficina o desde casa, por cuidar tu apariencia o no hacerlo... También que de la vergüenza y de la violencia se escapa, que no las merecemos por ninguna razón, aunque todas las hallamos vivido, en alguna forma o medida.
Todas tienen derecho a una vida libre de violencia ¿a cuál vida? ¡La que quieran! Para que esos espacios se abran sirven las historias que nos inspiran. Ahora, al girar el calendario, miro el año que viene como la oportunidad de contar nuevas historias. ¿Me acompañan? ¡Felices fiestas!
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta