30/05/24. En estos días Twitter hizo fiesta con un nuevo escándalo. No se murió Henry Cavill ni tumbaron a Maduro, como sueña Maricori. Una muchacha llamada Rebeca García se hizo protagonista de las etiquetas por varios días. ¿La razón?
Varias mujeres afirmaron haber sido víctimas de persecuciones enfermas por parte de Rebeca. Pudimos ver fotos espeluznantes de la joven montada en el capó de un carro con cara diabólica, y los testimonios de sus presuntas víctimas. Según las agraviadas, Rebeca actuaba con la ayuda de su hermano. Se metía en las casas de sus presas y no las dejaba en paz ni a sol ni a sombra. Se dice que Rebeca huyó de las autoridades a España, y recientemente salió la madre de los hermanos acosadores en desagravio. Tal parece que las víctimas sí sostuvieron algún tipo de vínculo con Rebeca, y que hasta recibían grandes cantidades de dinero.
La realidad supera a la ficción
Este episodio nos trajo a la memoria algunas historias llevadas a la televisión y el cine. En los años ochenta Glenn Close y Michael Douglas inmortalizaron la historia de una obsesión con Atracción fatal. Close personificó a una mujer que enloqueció tras un tipo con el que tuvo una aventura sin aparente trascendencia.
En los años noventa Misery nos puso los pelos de punta. Kathy Bates se alzó con un Oscar al darle vida a Misery: una solterona de mediana edad que secuestra a su escritor favorito dentro de la propia casa de éste y lo somete a extenuantes jornadas de terror.
En la actualidad, la serie Bebé Reno, de Netflix está de moda. Se trata de la experiencia que tuvo Richard Gadd en el pasado con la abogada Fiona Harvey. Al parecer, Gadd le ofreció un té a la muchacha, y en consecuencia la chica enloqueció de amor por el único tipo que al parecer la trató con amabilidad. Se dice que le mandó miles de correos, llamadas, que lanzaba emboscadas en los sitios que él frecuentaba y hasta atacó a la novia trans de Richard Gadd. La mujer que inspiró el personaje de la acosadora (que en la serie se llama Martha), acusó con demandar a Netflix y hasta a Stephen King, y apareció en una entrevista televisada tratando de limpiar su imagen sin mucho éxito.
Cuando la mujer persigue
Estas historias nos llevan a reflexionar sobre el poder de intimidación que puede ejercer la mujer cuando se lanza tras su presa, sin importar si es una mujer o un hombre. En la sociedad se suele incentivar que las mujeres más bien sean pasivas en la vinculación con los demás. Culturalmente, muchas comunidades celebran que la mujer sea la receptora de la atención y que no se atreva a tomar la iniciativa con la pareja, los amigos ni el trabajo.
Sin embargo, este tipo de principios han venido desmontándose con las numerosas causas que abogan por el empoderamiento femenino, y es cada vez más común ver a mujeres asumiendo su posición en el mundo con una actitud más abierta, directa y en ocasiones agresiva.
El acoso masculino ha sido más difundido en la sociedad en aras de penalizar y erradicar esta conducta, pero la misma actitud femenina no ha llevado el mismo escarmiento. Por un lado, está naturalizado que una mujer monte cacería sobre su pareja: que le revise el celular, que haga escenas en lugares públicos e incluso que recurra a las leyes incurriendo en una figura conocida como "simulación de hechos punibles". La industria del entretenimiento tiene varias décadas incentivando que las jovencitas se vuelvan locas por sus ídolos y los persigan gritando de forma desenfrenada. Así, es aparentemente normal que una muchachita se le guinde encima a un artista y le monte persecuciones.
Si bien, el hombre que acosa recurre a la fuerza y la violencia, en el caso de la mujer el arma es la manipulación. Esto hace de estas figuras trastornadas personas de alta peligrosidad. En la comunidad LGTBIQ+ ha sido muy común escuchar episodios de violencia y hostigamiento en parejas lésbicas sin mucho apoyo legal.
Lo que es igual no es trampa
Así como se han desarrollado políticas públicas para amparar a las víctimas femeninas por violencia de género, se hace imperioso revisar el marco legal que ponga freno a las mujeres que manipulan con la fragilidad para minar la salud mental de sus parejas. La violencia no tiene género, y hay mujeres que se aprovechan de su condición para ejercer graves daños contra sus parejas.
POR MARÍA EUGENIA ACERO • @mariacolomine
ILUTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta