Si en la vida adulta existiera el Coco, de seguro sería el SIDA. A pesar de haber sido descubierto hace 40 años, aún genera temor, rechazo, asco y toda clase de emociones negativas en la población. Se puede decir que todavía existen muchos tabúes y prejuicios en torno a la enfermedad y a los pacientes que portan tanto el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
ALGO DE HISTORIA
Se dice que antes de 1980, unas 300 mil personas ya tenían SIDA. Vall d'Hebron diagnosticó en octubre de 1981 el primer caso de VIH en Estados Unidos: un joven de 35 años que ingresó con sarcoma de Kaposi y otras infecciones oportunistas. La Dra. Carmen Navarro, entonces responsable de sección de Anatomía Patológica, ayudó a realizar el diagnóstico.
A partir de allí empezó el revuelo mundial para tratar de digerir la mayor pandemia mundial que persiste hasta nuestros días. Personalidades como Rock Hudson, Freddie Mercury, Rudolf Nureyev, Gia Carange, Liberace, Anthony Perkins, Michel Foucault y muchos otros trascendieron la fama de sus carreras por haber sido portadores de la enfermedad.
En cuatro décadas, la ciencia ha podido frenar los efectos adversos del SIDA a través de tratamientos con retrovirales, y medidas profilácticas como son la detección y tratamiento precoz de las personas infectadas (test and treat), la profilaxis pre-exposición (PrEP) y la investigación de vacunas profilácticas que puedan evitar la infección por el VIH. De esta manera, se les ha podido garantizar una mejor calidad de vida a los pacientes.
La Organización Mundial de la Salud propuso el 01 de diciembre como Día Mundial de la Lucha contra el SIDA. Luego, en 2011 la fecha cambió de nombre. Pasó a llamarse Día Mundial de Acción contra el SIDA. Se consideró que la palabra “lucha” tenía un carácter bélico.
HOY EN DÍA
De acuerdo con ONUSIDA, para el año 2022 más de 39 millones de personas viven con VIH. El año pasado se infectaron 1,3 millones, y 630,000 murieron de SIDA. Más de 29 millones de pacientes accedieron a terapias antiretrovirales.
Es evidente que ha habido una evolución en torno al manejo de la enfermedad. Sin embargo, la pobreza constituye el mayor factor adverso. Es posible que el miedo haya moderado el desenfreno que existía en la época en que apareció esta enfermedad por primera vez, pero las desigualdades sociales y la falta de asistencia en materia de salud multiplican exponencialmente la cantidad de contagiados en el mundo, especialmente en los lugares más pobres. África sigue siendo el continente más golpeado del planeta con este flagelo. En este continente existen aún creencias de que tener sexo con mujeres vírgenes cura a los hombres del SIDA, motivando a numerosas violaciones y contagios en masa.
CONTRA LA DISCRIMINACIÓN
Más allá del contagio y la muerte, el reto constituye brindarles calidad de vida digna a los pacientes con VIH y SIDA. Es pertinente continuar el trabajo cultural de desmontar mitos y prejuicios para garantizar una mayor inclusión social a las personas contagiadas.
Se han logrado conquistas sociales como garantizarles a los seropositivos la posibilidad de trabajar y de no perder sus puestos de trabajo, pero las discriminaciones aún existen. Por ejemplo, la empresa General Motors aún practica la prueba de despistaje de VIH para contratar trabajadores.
Por otra parte, la única herramienta que funciona es la prevención. Sigue siendo pertinente reforzar la educación sexual, especialmente en las comunidades más vulnerables así como concientizar en torno al consumo de drogas para ayudar a minimizar el contagio.
Mientras el mundo y la ciencia se las arreglan para que las actuales generaciones vivan un poco más y con dignidad, extendemos la invitación a que no rechacemos a los pacientes seropositivos. Nuestra mejor acción contra el SIDA es la solidaridad.
Por: María Eugenia Acero Colomine @mariacolomine